Capítulo 4

274 19 2
                                    

Días después

Serkan

No vas a poder evitarme por siempre. No vas a renunciar porque no acepto tal acción. Y de verdad quiero hablar de lo que pasó. 

El beso, de eso quería hablar con Hazal. De nuestro beso. Aquel que me encantaría repetir.

Ya es lunes. Hoy la volvería a ver. Si me evita por mensajes, no podrá estando frente a mí.

Hoy hablaría con ella.

Escucho como la puerta se abre y su voz resuena. Ya llegó.

Suspiro nervioso. Está tardando más de lo planeado.

<<Calma, hombre>>

Nervioso, acomodo los papeles y así desviar mi atención.

En menos de nada, tocan la puerta. Es ella. Le digo que pase.

—Permiso.

—Siéntate—ordeno sin levantar la vista de los papeles.

—Seré rápida.

—Yo también.

—Renuncio.

El silencio se apodera del lugar. Dejo los papeles que tenía en la mano, en el escritorio, y la miro.

No. Eso no. Eso por supuesto que no.

Ella aún no se aleja de la puerta y parece que no lo hará, así que soy yo el que se acerca.

Quiere abrir la puerta y la detengo poniendo mi mano allí.

—No.

—¿Disculpe?

—Dije No.

—Pues yo no quiero ser el juguete de nadie, señor. Y ayer, me sentí uno. Así que no tendrá de otra que aceptar mi decisión.

<<Querida, no sabes lo que dices>>

—No puedo aceptar tu renuncia porque mis hijos te quieren. No puedo aceptar tu renuncia porque eres la única capaz de calmar a Aiden. No puedo aceptar tu renuncia porque... simplemente no quiero.

»No quiero que mis hijos sufran. No quiero, yo.... simplemente no quiero que te vayas. No puedo permitir que te vayas. No puedo permitir que salgas por esa puerta, sabiendo que a la mañana siguiente no vas a volver. Sería muy egoísta para todos, para mis hijos, pero también para mí. «

—Así que no, no acepto tu renuncia por el simple hecho de que...te necesito. No voy a dejar que hagas aquello.

—No puedes detenerme.

—Sí puedo, y es lo que estoy haciendo.

—Estás usando a tus hijos para manipularme. Eso es jugar sucio. Además, no hay contrario de por medio, nunca lo hubo, así como puedes despedirme sin problema alguno, puedo largame de aquí de la misma forma.

—Y no lo harás.

Intenta abrir la puerta y vuelve a fallar. De aquí no se va.

—Si sales por esa puerta, sé perfectamente que no volverás, y es algo que no permitiré.

—¡Eres irritante!—chilla—. No puedes tenerme aquí por siempre.

—No es por siempre, es hasta que recapacites y te des cuenta de lo absurdo de esto. No te dejaré ir hasta que pienses mejor lo que haces, así tenga que encerrarte todo el puto día cuál Rapunzel.

Serkan ✅ (# 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora