Capítulo 54: Titanes

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En la arena de combate, ante tales palabras que sorprendieron a espectadores divinos tanto como humanos, Zeus rió por lo bajo. En una mezcla de diversión y… nerviosismo.

– Tomar mi vida… con tus manos… ¿No es una meta muy… ambiciosa, bombón?

La humana respondió con silencio de pensamiento; era cierto lo que decía, pues sabía muy bien que Zeus era un oponente muy poderoso que apenas podía igualar su ritmo de combate. Pero, a pesar de las pocas posibilidades…

– Yo… Yo juré que lo conseguiría… ¡Voy a vengar a mi padre, Zeus! ¡No importa lo que me cueste, lo haré!

A la par, la primera pareja de la humanidad, quienes desde sus propias perspectivas veían el combate, se llevaron un puño al pecho con empatía e impotencia por las emociones de su hija.

– Hija… – los labios de Eva, al igual que sus ojos, se movieron con ganas de llorar; cada vez que la veía a ella combatir también lo veía a él…

Desde el Nilfheim, Adán era quien más impotencia sentía; apretó su puño hasta tronar sus nudillos.

– Mi hija… ¡No tenías que hacerlo tú…!

Los espectadores humanos, en sintonía con aquellos sentimientos de odio y repulsión, se unieron a la humana por medio de vitores y exclamaciones emotivas; Heimdall, desde su posición en las gradas, no podía creer lo que estaba presenciando.

– ¡Esto es… increíble! ¡Zeus-sama, el Padre de los Dioses, ha sido acorralado por la mejor artista marcial de la humanidad!

Los dioses compartían miedo y pesar por esa declaración… parecía ficticia, pero era una realidad. Por otro lado, la perspectiva de los espectadores en Gimlé era otra muy distinta.

Sasaki fue el primero en hacerlo notar.

– Pues… Ella está en la cuerda floja.

– ¿Eh? – Hrist se confundió de su expresión – ¿Qué quieres decir?

– Es muy sencillo… – explicó Jack, ya entendiéndolo todo – Por una parte, sus técnicas Dragón y Serpiente son las mejores arma y defensa que tiene para herir a Zeus, más que solo un brazo…

» Pero también son un reloj contra su rendimiento; ambas habilidades pueden cobrar su parte en un momento muy crítico. Así como puede ganar todo de un golpe… Si se descuida, sus propias heridas acabarán con ella.

Pero Geir opinó lo contrario.

– No. La he visto entrenar en el Valhalla, y muchas veces yo misma fui víctima de sus técnicas especiales como experimento… ¡A pesar de los obstáculos y problemas, ella puede tomar la delantera y… cumplir el principal objetivo de Brunhilde onee-sama!

– Geir… – Hlökk quiso mostrarse más objetiva y realista, aunque pesimista – ¡¿No ves que tenemos todo en contra!?

– … De hecho, no creo que sea así…

A la par, en el palco de los griegos Ares tenía una conversación similar con su hermano Hermes.

– Dices que… ¿Nuestro padre está acabado?

– Por desgracia, si.

– ¡No digas eso! – Ares levantó a Hermes, tomándolo de su ropa para levantarlo y agitarlo en desesperación – ¡No puedes decir que es verdad! ¿¡Cómo una mujer podría, con solo usar sus dedos, terminar con nuestro padre!?

– Es fácil de explicar. Por ejemplo…

Hermes levantó el puño con lentitud para golpear en silencio la barbilla de Ares, que le hizo callarse y quedarse por fin quieto; más le asustó no haberlo visto venir.

Shuumatsu no Valkyrie - Last Ragnarok IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora