Capítulo 78: Sangre de la Luna y la noche

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– Dime, gemela malvada, ¿Qué decides hacer?

La diosa de la luna sujetó el pelo de Dzivaguru para levantarlo en el aire, agravando el dolor de su cara y cuello, donde aún no se había curado.

Pero ese dolor no molestaba en absoluto a Dzivaguru; sólo le perturbaba tener a Chang'E tan cerca, y que siguiera sonriendo con tanta confianza.

– ¿Cuánto tiempo seguirás sonriendo así? ¡Maldita… hija de puta!

– … Niña grosera.

Chang'E dejó caer a Dzivaguru al suelo de golpe, y luego retrocedió a dónde había dejado el gigantesco arco de plata; al cogerlo por la empuñadura, el arma volvió a su forma original que la diosa lunar dejó reposar sobre sus hombros. La diosa africana se removió en el suelo por el dolor de volver a caer de bruces, deseando utilizar el Viridis Affinitatis para terminar de curar sus heridas…

« No. Eso no importa… Ahora que sé que puedo hacerle daño a esa desgraciada. »

No tenía ni idea de cómo lo había hecho, pero estaba segura de lo que sus ojos habían visto y de lo que su rostro había recibido: la sangre del pecho rebanado de Chang'E por su propia arma divina. Un paso más para ganar…

" ¡Nee-chan! ¡¿Por qué no puedo salir?! ¡¿Qué estás haciendo?! ¡Contéstame, por favor! "

El hechizo de control de Bamapana era lo suficientemente fuerte como para mantener el estado de Doppelgänger bajo el control de Dzivaguru; mientras el odio siguiera siendo su emoción principal, Dziva estaría sometida. El sentimiento de la gemela africana se agravó en cuanto volvió a oír la voz de su hermana, ya que los recuerdos de aquel día en el mundo humano acudieron a su mente.

La diosa apretó los dientes al sentir dolor en las zonas que no habían sido reparadas. Con mucho esfuerzo, se puso de rodillas y luego se levantó; lanzó sus ojos carmesí llenos de rabia a Chang'E, que enarcó las cejas con curiosidad.

– Así que… Ya tomaste tu decisión.

– Te voy a matar… ¡Dije que lo haría, bastarda, y lo voy a hacer! ¡Te voy a hacer pedazos!

– Sí, sí, ¿Es todo lo que sabes decir? Qué molesta eres.

– Deja de sonreír y de creerte el mejor… ¡Ahora, tengo ventaja sobre ti!

– ¿La ventaja?

– Puedo herirte, y ya lo hice… ¡Mis ojos fueron testigos! Y no sólo puedo hacerte sangrar, arrogante… ¡Puedo hacerlo otra vez! ¡Y lo haré otra vez, para borrar esa estúpida mirada de tu cara!

Chang'E guardó silencio y miró a Dzivaguru de arriba abajo, paseando la paleta de dulce en sus dientes.

« Realmente… De verdad esta loca, es la única que puede matarme… Qué "afortunada" soy.

» Sí, es ella… Por favor, que sea ella… Que lo haga ella, quiero morir. »

Sus ojos temblaron por lo bajo, como si se tratara de un tic nervioso; la diosa lunar cambió el Tejido de Jade a su forma de espada corta de doble filo, que ajustó a sus dedos y colocó a su lado.

– Debo admitir que el daño fue real. Lograste lo que muchos han intentado por milenios… Lo admito, aunque ya no exista…

» Así que, me gustaría ver si puedes hacerlo de nuevo… – Chang'E apuntó el filo de su espada a su propia mejilla – Hazme daño otra vez, hazme sangrar otra vez… Hazme sentir dolor, y te daré la victoria de este combate. También podría dejar que me mates, si me pones de buen humor~

Shuumatsu no Valkyrie - Last Ragnarok IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora