Capítulo 59: Una importante discusión

658 25 52
                                    

N-No… Ng Mui

La valkiria pelimorada no tenía voz suficiente para expresar lo que sentía ante aquel suceso: ver a una de sus mejores amigas con quién entablo amistad por 1000 años… ser despedazada en combate para después morir y desaparecer.

No tenía palabras para tratar de describir aquello; solo aquel agujero vacío en su estómago.

– E-Ella… acaba de… no…

Ninguno de los presentes en Gimlé quiso hablar, siendo que tampoco tenían fuerzas para ello; solo tenían las miradas atónitas sin creer el espectáculo de sangre que fue aquel final tan despiadado. Nadie lo podía terminar de digerir.

Leónidas tenía su cabeza baja con ambos brazos cruzados; deshizo aquella postura para llevar una mano a su cinturón, tomar de su cajetilla llena un cigarro puro y un encendedor, para prender fuego en la punta del objeto y llevarlo a su boca. Todo lo que quería decir prefirió guardarlo en un comentario interno que no expresó hacia los demás:

« Mierda. Estamos muy… en muy serios problemas. »

– ¡Hey! – Sigrune volteó al espartano – ¡No puedes tener eso encendido aquí!

– Lo sé y no me importa.

La respuesta de Leónidas fría y seca sorprendió a la valkiria; desde hacia mucho tiempo el rey de Esparta no tenía esa actitud directa con nadie en el Valhalla, sino antes que Geir se volviera la líder de las valkirias. Haber estado tan de cerca de la pelimorada pasa cuidarla y guiarla le había cambiado para bien…

Pero ahora… su respuesta semejante a su anterior actitud indicaba lo que todos sentían: una profunda derrota. Tras un largo momento de silencio, Simö fue el primero en hablar.

– Hemos… Hemos vuelto a perder…

– Ellos… Los dioses se volvieron a poner en la delantera… Ese viejo mató a una de nuestras mejores peleadoras… – Hrist 'la que ruge' apretó los puños con rabia – ¡Maldita sea!

– … Es un milagro que Zeus haya ganado… – Sasaki dió una risa optimista para calmar la situación – Digo… Ella lo tenía en la palma de su mano. Lo obligó a usar su arma divina y su forma final aún estando en las últimas… Incluso lo dejó muy, muy herido.

– ¡Es… cierto! – Sigrune concordó con una amplia sonrisa – ¡Lo partió a la mitad, lo dejó tuerto, y casi le corta los brazos y piernas! ¡Se pudo haber llevado la victoria--!

– No importa si estuvo cerca o lejos. Lo que importa es ganar, y no lo hizo.

De nuevo Leónidas habló con muy mal humor, callando de inmediato el humor en los demás; Geir con la mirada baja levantó ambos brazos hacia el espartano con un propósito:

– Llévame allá… por favor.

– … Lo que tú digas.

El griego tomó a la pequeña valkiria y se la llevó sobre el hombro de manera cuidadosa, para que ambos se retirasen del lugar; una vez que se fueron tuvieron de nuevo ánimos para comentar al respecto.

– Esto… no lo entiendo del todo… – Sigrune se llevó ambas manos a la cabeza – ¿Cómo es posible que… estuviéramos tan cerca… pero ella perdió?

El espadachín se encargó de tratar de dar una breve explicación.

– Me parece que todo se juntó en su contra:

» La sinestesia era su peor enemigo: entre más fuertes fueran sus técnicas, mayor daño se infringía a sí misma. Su último ataque debió ser muy devastador para acabar con la forma final de Zeus…

Shuumatsu no Valkyrie - Last Ragnarok IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora