Capítulo 74: Conexión especial

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Tras unos segundos casi eternos con los ojos puestos en la diosa de la luna, Dzivaguru volvió a actuar, pero esta vez menos errática que antes; soltó las armas y empezó a estirar el cuerpo: brazos arriba, piernas y rodillas, cuello y costillas un poco.

Tras unos segundos casi eternos con los ojos puestos en la diosa de la luna, Dzivaguru volvió a actuar, pero esta vez menos errática que antes; soltó las armas y empezó a estirar el cuerpo: brazos arriba, piernas y rodillas, cuello y costillas un ...

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Aunque tenía ojos de enfado, sus expresiones faciales decían que disfrutaba de ese calentamiento inicial.

– Ahhhh… Estoy tan enfadada contigo… No presté atención a esto.

» Después de tantos años, vuelvo a tener el control. Por fin estoy fuera… Para hacer lo que quiera y tanto como quiera. Se siente bien estar de vuelta.

La diosa lunar no contestó, sino que siguió con ojos indiferentes a su rival, que se movía arriba y abajo por una curiosidad:

Todo su cuerpo estaba cubierto de cicatrices, en especial en su cuadrado estómago había una de mayor tamaño que llamó su atención; Dzivaguru puso la mano en esa zona al darse cuenta que la mirada de Chang'E se había posado allí.

– ¿No te gustan las cicatrices? Esto fue sólo un golpe de mala suerte… – se dio un par de palmadas allí. – No te preocupes, estaré bien con esto…

Su mano se extendió y volvió a empuñar el hacha de combate, aumentando el aura oscura que le rodeaba como si fuera un animal encadenado en busca de una presa. Cuando de nuevo sintió el oscuro poder de su hacha, su rostro volvió a su semblante oscuro y asesino.

Me preocuparía más por ti… Ni siquiera quedará una cicatriz de tu miserable existencia.

Una imagen que asustó bastante al pequeño dios nórdico presentador, quien sólo pudo agarrarse con fuerza a la pierna de la diosa de la luna.

« No… ¡No puede ser! La tan amable enfermera que me atendió hace poco… ¿¡Ahora resulta ser esta loca asesina!? ¡No puedo creerlo…! »

– ¡Heimdall!

– ¡Ahhhhh…! – el grito de Atenea hizo que Heimdall diera un salto del susto y cayera al suelo de espaldas.

– Deja de chillar y responde, ¿Por qué no has dado la señal de salida? Están listas para luchar, sólo falta luchar.

– ¿Qué? ¿En serio…?

– Por supuesto. – le tendió Chang'E a Heimdall su Gjallarhorn con una sonrisa en los labios – Ya encontré a mi digna rival.

– ¿Ehhhh…?

Antes de que Heimdall pudiera decir lo contrario, su tableta sonó de repente, dándole otro respingo de susto; comprobó que era un mensaje de la administración, con la confirmación que había estado esperando:

Antes de que Heimdall pudiera decir lo contrario, su tableta sonó de repente, dándole otro respingo de susto; comprobó que era un mensaje de la administración, con la confirmación que había estado esperando:

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Shuumatsu no Valkyrie - Last Ragnarok IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora