Capítulo 83: Anhelo de hermana

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La batalla contra Atlach-Nacha comenzó a intensificarse, siendo que la reina araña comenzaría a utilizar diversas habilidades especiales y mágicas para someter al dúo de Buda y Beelzebu; en cuestión de poco tiempo, ambos dioses caerían ante su nuevo colosal poder.

Pero

Antes de que eso ocurra, hay otros detalles que atender. Por ejemplo, la lucha dentro de Atlach-Nacha que sólo nosotros tendremos el privilegio de percibir, además de algunos otros…

Entre ellos, las gemelas Dziva y Dzivaguru.

– ¿¡Ehhhhh!? ¿¡Ah…!?

Dziva de inmediato abrió la boca para aspirar aire ante la sensación que acababa de tener de asfixia; hace tan sólo segundos atrás que había perdido el conocimiento por una gran oleada de presión en su cuerpo, la imposibilidad de respirar, y un veneno tranquilizante inyectado en sus labios.

Dziva de inmediato abrió la boca para aspirar aire ante la sensación que acababa de tener de asfixia; hace tan sólo segundos atrás que había perdido el conocimiento por una gran oleada de presión en su cuerpo, la imposibilidad de respirar, y un ve...

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Tosió con fuerza para librarse de la sensación de dolor y miró con pánico a todas partes, sobre todo por el dolor en su estómago abierto y porque lo primero que captaron sus fosas nasales fue un olor nauseabundo muy desagradable.

– ¡¿Qué es esto?! ¿¡Dónde estamos!? ¡N-Nee-chan…!

En cuanto empezó a gritar y a moverse con desesperación, los hilos de seda que rodeaban su cuerpo empezaron a generar más presión, lo que Dziva sintió cuando de nuevo su cuello se vio privado de respiración.

– N-No… Otra vez no… Ayuda…

" ¡Hermana, cálmate de una vez! ¡Las telarañas se hacen más fuertes cuanto más te mueves y resistes! ¡Deja de moverte ya! "

– … O-Okay …

Siguiendo el consejo de su hermana mayor, Dziva se aguantó el dolor, dejó de hacer movimientos y detuvo la respiración lo mejor que pudo; al poco tiempo, la seda perdió su fuerza y soltó aquella presión, dejándola caer como si colgara en el vacío.

– Gracias, nee-chan… ¿Qué es este lugar? ¿En dónde estamos?

Las entrañas de Atlach-Nacha, apenas iluminadas por la luz que se filtraba a través de las telas de carne como si viniera del exterior.

La diosa estaba colgada de una pared carnosa de una pequeña caverna, que por el reducido espacio parecía estar dentro de una cabina telefónica; por no hablar de la carne viva que palpitaba detrás de ella, en su cabeza y bajo sus pies, los ácidos que corrían de arriba a abajo como lluvia inconstante, la seda de araña que la tenía envuelta e inmovilizaba el 100% de sus movimientos desde el cuello a los pies, y el olor tan desagradable que le provocaría el vómito en cualquier momento.

De hecho, Dziva no pudo resistir el impulso por tantos segundos y acabó vomitando en el suelo, aunque eso empeoró el agujero en su estómago.

" ¡Argh, qué asco! ¡¿Qué comiste antes de venir al estadio?! "

Shuumatsu no Valkyrie - Last Ragnarok IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora