Capítulo 64: Hilos del destino

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– … De hecho, es una historia muy, muy interesante… ¡Pero no nos resuelve nada, maldita sea!

El grito de Hlökk asustó bastante a Sasaki, quien dejó la carpeta de datos en la mesa de dónde la tomó.

– Pues esto es todo lo que dice este libro sobre Lakshmí.

– Todavía tenemos una duda… – comentó Hrist 'la que tiembla' – El libro hace mención a "hilos" que controla Lakshmí… Pero, ¿A qué rayos se refiere con "hilos"? ¿Acaso podría ser…?

» A la habilidad de Apolo, con sus "Hilos de Artemisa" para crear su propio estilo de combate, ya fuera de largo alcance con el arco o corto con sus guantes de boxeo.

– Si ese fuera el caso, aquella mujer se encuentra en problemas. – respondió Jack.

– No, no se trata de eso.

Pero entre todos, Simö era quién tenía mejor opinión al respecto.

– Los hilos de Artemisa no funcionaban así como lo hizo Lakshmí; tendría que haber movido su mano para detener la espada, pero ella solo tenía las palmas estiradas. Y ese puñetazo… Los hilos de Artemisa tampoco le hubieran permitido ese puño que ni siquiera parecía capaz de conectar.

» No se trata del divino tesoro de Apolo. Se trata de algo más… Siento que lo conozco, pero no recuerdo qué podría ser.

Tras el pequeño análisis de Simö, todos terminaron por coincidir: la habilidad de Lakshmí era diferente a la de Apolo. De todas formas, también tenían el presentimiento de qué ya lo habían visto antes…

– Espera… – Sasaki se llevó una mano a la barbilla – ¿No se trata de…?

Por su parte, en el palco griego una diosa de cabello rubio miró con mala cara al dios de cabello rubio.

– ¿En serio no lo entiendes?

– Es cierto… No entiendo cómo Lakshmí pudo frenar la espada sin tocarla, y dar el primer golpe cuando se veía que claramente esa humana llevaba ventaja.

– Me sorprende que tu padre te siga considerando el dios de la guerra.

Ares se sorprendió de la respuesta de Syf; la diosa de cabellos dorados se acomodó en su asiento y extendió ambas palmas de sus manos, permitiendo con su magia divina crear un hilo de oro.

– Veamos… Supongo que tienes suficiente cabeza para conocer las leyendas y mitos humanos, ¿No?

– ¡Ah, si! ¡Se refiere a los mitos que escribieron sobre nosotros!

– … No exactamente… Me refiero a una historia que trata sobre el amor romántico. Muy lindo, por cierto…

Syf levantó su mano derecha, haciendo que el hilo dorado se envolviera en su dedo meñique.

– Según este mito, nosotros los dioses atamos un cordón rojo entre personas que han de conocerse o ayudarse en un momento concreto y de una manera determinada.

» Así, las dos personas unidas por el hilo están destinadas a ser queridos entre sí, no importa el momento, el lugar o la circunstancia. Tal cordón se puede estirar o enredar, pero nunca puede romperse…

El hilo dorado se extendió de la mano de Syf, moviéndose con lentitud y subiendo por el asiento de Ares hasta su mano derecha y envolverse en su dedo meñique.

– Se le llama "hilo rojo del destino".

La historia anterior hizo sonrojar las mejillas de Ares, quien movió la cabeza de lado a lado en negación.

Shuumatsu no Valkyrie - Last Ragnarok IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora