"¿Culpable?"
Parte II
Salí de la casa en llamas con el chico gritando a mis espaldas, a cada nada me quemaba las raíces y tenía que sacar más de el suelo porque el chico era fuerte.
—¡Max!— exclaman más atrás y me giro para encontrar al rey Ulysses tratando de liberar a su hijo— ¡Suelta a mi hijo bastarda!
¿Perdón?
—No.
Le corté y seguí mi camino, no tenía guardias que lo defendieran ni nada que hacer, solo aceptar que la primera batalla la he ganado.
Dejé a mis espaldas a una ciudad Real en llamas, en caos, como si el apocalipsis se hubiera repetido pero esta ves no fue creado por un ser divino, sino por un ser menos poderoso y con sed de sangre porque, el piensa que he olvidado pero no, solo he dejado que las ganas agarren territorio y cuando me tomen por completo no habrá alguien que me detenga.
Ni Tomas ni Bull murieron en vano, no, no, no, ellos merecen justicia.
Y esa justicia llegará de mi mano y no será nada bonita.Con el chico amarrado, a las afueras de los muros me esperaba Zafiro junto a su nueva manada. Me monte en ella y a Max en otro caballo en el medio para que no se soltara más fácil, pasé largas horas con zafiro trotando, al llegar a unos pocos kilómetros cerca de Cobra decidí que podíamos seguir a pie.
Caminamos en el tétrico silencio que se había formado desde que salimos, cuando cayó la noche no nos quedó de otra que instalarnos bajo una gran roca.
Yo trataba de hacer un poco de fuego, suena irónico teniendo al elemento a unos metros, pero el no colaboraba en nada.
Después de una hora de intentos, chocando una roca con otra me volví hacia el.
—¿Puedes...?— apenas hablé sus ojos me advirtieron que no dijera más, pero sus movimientos decían otra cosa.
Apuntó la madera seca y una chispa se encendió, dándole vida a una fogata. Ni sé en qué momento se soltó de las raíces pero como que tenía rato.
Y el lo aprovechó, me lanzó una chispa que me quemo el cuello y luego el muslo, pegue un chillido por lo doloroso que era esa sensación. Luego remato con quemarme la rodilla, se echó a reír y me tomo de el cuello, levantándome en el aire.
—¿Que pretendes?— tenía los dientes apretados, yo no me moví, quería saber que más hacia.
—Nada que te interese — le solté y apretó mi cuello aún más, quitándome la oportunidad de decir más.
Le di una patada en las bolas que hizo que callera de golpe al suelo y el se retorciera. Nos enfrentamos por varios minutos donde ambos tomábamos ventaja, yo lo golpeaba a él en donde más me convenía pero fuego nunca me lastimó de gravedad, solo fueron pequeños golpes que ni siquiera me llegaban a la cara.
Al amanecer me llevé la grata sorpresa de que el tampoco pego un ojo, yo no dormí por estar pendiente de el y él no lo hizo por estarlo de mi.
Ya luego los muros de Cobra nos resivió.
Termino de contar la historia y todos se quedan con un signo de interrogación en la frente, ya de vuelta a la realidad obviamente.
—Escapaste— musita Federico— Invadiste territorio enemigo, lo convertiste en un caos, secuestraste al hijo de el rey y ¿Tienes la osadía de venir aquí?
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Elementos: Guardianes De El Mundo
Science FictionLa vida me ha enseñado que hay que vivirla, disfrutarla y divertirse en el camino, que no todo es para siempre y hasta el árbol más fuerte puede caer con una simple brisa. De la muerte he aprendido que es impredecible y que puede tocar la puerta de...