Elementos: Guardianes De El Mundo

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  "Tocar fondo"

Max

Estaba cabreado, demasiado diría yo, si fuese una caricatura ya me estuviese saliendo humo por las orejas y la piel ya la tuviera roja.

El pelo ya lo tienes.

Si, pero no es el punto. Tengo ganas de gritar y no puedo, al parecer algo no me deja, ya sé, no he filtrado todo esto gracias a que tengo a Milena enganchada en mi brazo como una garrapata.

Cuando Ulysses me llevó a ciudad Real por unos días ella no dudó en venir con nosotros a Cobra. Lo que hizo Aura no tiene explicación, todo ese escenario era tan tétrico que me dieron ganas de vomitar más de una vez, había aves de rapiña aún comiendo restos de cadáver y no habían quitado ninguno de esos cuerpos gracias a que se pusieron muy violentas.

Pero... El área de el pueblo estaba intacta, solo la mansión quedó en ruinas, fue lo único que se perdió materialmente. Volviendo a mi enojada realidad, puedo explicar el por qué de mi enfado.

Ulysses quiere el péndulo de Aurela para él, no sé sus razones pero le he dicho que sobre mi cadáver se lo va a quitar, puede enfermar y en casos muy extremos; morir.

—Quita esa cara de culo — espeta el antes nombrado desde adelante, está de copiloto en una camioneta y yo voy atrás con la rubia— deberías de estar feliz, ya estás con tu novia.

¿Novia? Milena no es mi novia, solo es un polvo, pero ¿Mi novia? Jamás le he pedido que lo sea. Al parecer la chica se emociona a mi lado.

Ay no.

—Si, Max— apoya la rubia con una gran sonrisa — estas conmigo, quita esa cara. Por mí.

—No.

—Eres un odioso, no sabes lo afligida que estuve cuando esa mujer te comenzó a perseguir, se ve que es muy mala.

—No le digas 'mujer'— me cabrea que la llamen asi— es una niña malcriada.

Milena arruga el ceño muy extrañada.

—No le hagas caso, corazón — interfiere Uly con la mirada puesta en ella, no se en que momento él la empezó a llamar asi— al parecer Max es muy amigo de la chica.. am ... Eura.

—Aurela— corrijo con los dientes apretados.

—Si. Si, Alicia.

Pongo los ojos en blanco, no lo soporto, tragalo tierra y escupelo lejos de mi.

—¿Son amigos?— pregunta Milena esta vez mirándome a mi—¿Que tan amigos?

Quisiera responderle en un tono amargo, pero la conozco desde que tenía 13 y se me hace imposible serle grosero.

—No tan cercanos, aveces ni cruzamos palabras— si, no hablo mucho con ella, no las pasamos discutiendo— en conclusión... Somos compañeros.

—Mmm.

Las puertas de Cobra son abiertas para los tres vehículos que viajaron con nosotros, nos dirigimos a la alcaldía donde se baja Uly para hablar con el alcalde, se ajusta su traje con rapidez y se despide.

—Nos vemos más tarde chicos— abre la puerta de carro y antes de bajarse me mira —¿Cenaremos está noche, hijo?

Lo ignoro como siempre a lo que el aprieta los puños a sus costados.

—Max, cuando te hable trata de mirarme y responderme— regaña entre dientes.

Sigo sin prestarle atención, no voy a hacerle caso.