Elementos: Guardianes De El Mundo

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"Amenaza"

Derek

Felicidad. La felicidad se puede resumir en tantas formas y maneras pero yo, como cualquier persona, creo, defino la felicidad como se debe y es: la comida, amo cuando llega la hora de el comida y puedo comer los platos que más me gustan. Al entrenar tanto, la mayoría de los que están aquí en vez de estómago tienen un pozo sin fondo. Muy feliz con mi bendeja llena de puré de papas, pollo y ensalada me dirijo a la mesa de mis compañeros.

Apenas llego Elena arruga la cara, a ella no le gusta mi junte con Aurela pero es mi vida y yo decido con quién juntarme.

—Deberias ir a comer con tu amiguita — Escupe veneno como toda una víbora.

—No soy alfa para comer con ella, cuando lo sea con gusto voy— ataco de igual manera.

—Eres tan manipulable, te dejas influenciar por ella— hace un ademán de lanzarme el jugo encima pero una mano la detiene.

—Elena ya basta— Javier la regaña sentándose a su lado— Ya te dije que Aurela es una buena persona.

—Hasta tú estás de su lado— reclama Elena mirandolo mal. Ellos siempre han sido muy cercanos, hasta llegamos a creer que tenían una relación, pero no, son solo mejores amigos.

—No estoy de ningún lado, solo digo la verdad — defiende el tranquilamente.

—Desde que llegó todos la recibieron como si nada, con los brazos abiertos— continua ella— de una le dieron un puesto de alto rango, sin saber sus habilidades o virtudes.

—A ti lo que te molesta es que no eres como ella— masculla Daniel a mi lado, dejando la mesa en silencio.

Elena lo mira incrédula y se le descompone el rostro. Daniel es directo y sus palabras son pocas pero hirientes.

—Tienes que aceptar que es mejor que tú en todoo— sigue— y lo seguira siento por más que lo intentes... Tienes dos opciones, dejar de competir por algo que nunca ganarás o presenciar como te roba todo lo que alguna vez quisiste.

—Obviamente lograré rebasarla— Elena marca cada palabra entre dientes, está furiosa.

—Me rebajó a mi— digo — lo que dices es algo que no creo posible, o tú me dirás ¿Puedes cargar 80 kilos de cada lado?

Es una pregunta retórica que le cae super mal porque aprieta los puños.

—Son unos imbéciles los tres — se levanta y nos apunta a todos — Lo son todos los que la siguen y ya verán que siempre tuve razón.

Se va depocritando sandeces y todos volvemos a los ir hacíamos. Siento una mirada extraña y recorro la vista por toda la cafetería, veo a Aurela de espaldas, tiene la cabeza gacha y sus amigos hablan alrededor de ella, Max habla hacia Nolán y este alza las cejas sorprendido. Sigo mi recorrido hasta dar con unos ojos café, su cabello cobrizo y ondulado, Zue.

Ella desvía la mirada al instante, se que todavía siente algo por mi pero yo, aunque admito que si llegué a sentir algo no paso más de ahí porque la llegada de Aurela me hizo mirar nuevos horizontes y enfocarme en el elemento Tierra.

Vuelvo a mi comida pensando en ella. Al principio no la trataba bien por Zue, para que Aurela tuviera una imagen en mi mente totalmente mala pero todo se fue por donde vino al verla de lejos. Desde sus ojos verdes hasta la pequeña cintura que posee, me engatuse de inmediato y no de forma romántica, si no de algo como la lujuria que era verla toda cubierta de sudor o con la ropa que usaba para dormir.