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"¡EgOiSmO!"

Max

Despierto con el incesante sonido de toques en la puerta, me levanto de mal humor. Si es Uly juro que le cierro la puerta en la cara.

-Buenos días, joven- saluda uno de los guardias de Uly- Su padre manda a decir que se arregle para la reunión que se llevará a cabo dentro de una hora en el salón de juntas.

Solo asiento y cierro la puerta, por lo menos no vino él en persona, me hubiese arruinado la mañana. Me preparo para salir con ropa civil, el "rey" no puede verme en mi uniforme.

Bajo luego de media hora y busco el salón de juntas, me encuentro de frente con una de las personas que más me desagradan en este lugar. Elena.

-Eres un príncipe - dice con una expresión que no se descifrar- Me gustan mucho de esos.

-Que pena que a mí no me gusta la peble- comento y sigo caminando, no estoy para esas boberías.

Y es que es obvio, Uly es rey, y se hace llamar mi padre, eso me hace a mi un príncipe, supuestamente, no creo en eso. Quiero una vida libre, donde pueda respirar de verdad.

Entro a la sala y se encuentra el alcalde, el rey y papeles de por medio.

-Hijo, que bueno que llegaste, toma asiento - Ulysses señala a su lado y no se porqué qué le hago caso- ¿Y bien? ¿Comenzamos?

-No aún falta una persona - habla Federico mirando la hora.

Me hago una idea de quién será esa persona. Repiqueteo los dedos con ansiedad por todo esto, no me quiero ir de aquí.

-¿Quien es esa persona?- reitera Ulysses con desdén-... Me corrijo ¿Que tan importante es esa persona para hacerme esperarla?

Veo como Federico evita girar los ojos, no soporta al soberano de la ciudad enemiga, reprimo la sonrisa, tenemos eso en común.

La puerta se abre y la pregunta de Uly se responde sola, dándole paso a esa mujer de cabellera larga y de color negro, ojos brillantes y una gran cara de obstinada que siempre carga.

-Lamento la demora - se disculpa tomando asiento al lado del alcalde, justo en frente de mi.

-Claro que lo lamentas, es de muy mala educación ser impuntual - masculla el hombre a mi lado y Aurela lo mira con odio haciendo que este se encoja- Una mujer no puede estar aquí.

-¿Por qué no?- ahora soy yo el que hablo.

-Porque son asuntos de hombres lo que se harán aqui-responde a mi pregunta en un toco agrio- es muy mal visto que ella esté aquí.

-No me interesa su opinión ni que le molesta- escupe la pelinegra en el mismo tono.

-Ves, ella es muy irrespetuosa, no firmaré nada si ella está presente.

Miro como esos ojos verdes arden, hasta puedo ver cómo se está conteniendo para no golpearlo. Federico suspira con cansancio.

-No va a opinar- demanda- ni siquiera notarás que está aquí.

-Eso espero.

Federico le susurra algo a Aurela y su expresión cambia drásticamente a una de indignación, pero asiente y se queda callada.

-Al contrato quiero añadirle unas cuantas condiciones- alega Federico.

-¿Cuales? Porque yo también pensé en una, pero a comparación a ti es solo una-increpa Uly mostrando lo manipulador que puede llegar a ser.

-¿Se puede saber cuál es esa condición?- Inquiere el alcalde.

Uly guarda silencio como si lo que va a decir fuera algo muy importante o algo que no queremos escuchar.

Elementos: Guardianes De El Mundo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora