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"Tic, Tac"

—No digas nada — susurré para que él solo viera el movimiento de mi boca.

Eddie negó con la cabeza en desacuerdo.  Él era una persona de verdad y que mientras yo le rogaba que no hablara ya le había dicho a todos lo que pasaba.

Lo fusilé con la mirada cuando Max me sujetó una mano sentándose a mi lado.

—¿Que está pasando Aurela? — preguntó seriamente.

Hasta Federico escuchaba la conversación.

Estúpido, Eddie.

...Yo lo que soy es inteligente.

Ajá.

—Descubrí algo que lo cambia todo, talves nada sea como antes— admito suspirando.

Les conté todo lo que mi progenitor me había contado hace unas horas. Las cejas arqueadas de todos hicieron acto de presencia en solo segundos. Max mas de una vez arrugaba sus gestos y cuando les dije que para salvar el mundo tendría que dejar de existir todos se quedaron callados.

—¿tienes que morir?— preguntó el pelirrojo.

Me costaba decirlo, pero ya me estaba mentalizando.

— Es mi deber, soy un error que debe esfumarse— Max no lo aceptaba, me hizo levantarme y sacudirme de los hombros.

—¡De qué hablas, mujer! No voy a dejarte hacer eso.

Estaba más que molesto, su mirada se oscureció a un rojo oscuro.

— Max, no hay de otra, no soy la verdadera portadora de tierra, nunca lo he sido.

Ivy estaba a punto de llorar, Nolán al parecer igual. Era algo difícil pero se tenía que hacer.

—Debe de haber otra manera, no puedes morir así como así— decía con los puños apretados, estábamos tan cerca que la presencia de los demás se me empezaba a olvidar.

—No hay maneras — repliqué con un nudo en la garganta.

Max tensó la mandíbula, estaba muy decepcionado de mi, lo sabía.

— Tú no eres así, Aura, siempre has buscado la solución a todo, buscale una a esto, porque no puedo dejarte hacer una estupidez.

—Pero...

— Pero nada, Aurela, no vas a morir, no me vas a dejar— refutó.

— Max, no me hagas esto más díficil de lo que ya es— pedí cerrando los ojos por segundos— he hecho mucho cosas malas a lo largo de mi vida. Merezco esto, no soy la buena aquí, está más que claro que soy la villana que está destruyendo el mundo. No puedo vivir si soy eso, no lo haré.

Mi pobre Max estaba sufriendo, no quería hacerle esto, pero aún así lo estaba dañando, como todo lo que quiero.

—¡Estás loca si piensas que te dejaré! ¡Si tengo que encerrarte en la torre más alta lo haré pero no voy a perderte!

—¡¿Por qué?!— exclamé cansada de darle vueltas al asunto.

Su respiración estaba descontrolada, daba hasta miedo verlo así.

—¡Porque te amo! ¡te amo tanto que me niego a verte morir!

Esa fue su respuesta, se acercó me tomó de la nuca y me estampó un beso que me embelesó, luego se alejó hasta desaparecer en lo que parecía su cuarto.

Me quedé atónita ¿Por qué me estaba haciendo esto? Mis sentimientos hacia él no me iban a dejar hacer nada, porque si, así como Max gritaba a los cuatro vientos que me amaba yo lo amaba en silencio.

Elementos: Guardianes De El Mundo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora