"Vino tinto"
Tenía mucho tiempo sin usar mis poderes, talves porque tenía miedo de dañar a alguien, cosa que antes no me importaba pero ahora sí. Estaba en el medio de el coliseo, era espectacular verlo desde esta perspectiva, ya que siendo público no es lo mismo que ser el protagonista, se ve un mejor panorama y la luz blanca hace que la arena parezca casi gris.
No había llegado nadie aún, bueno nadie de los elementos porque, Javier, Daniel y Derek me observaban desde los asientos de el público.
Los ignoré a los tres, porque si saludaba a uno tenía que saludar a todos y que yo sépa uno cometió una traición.
Mientras voy a describir cómo es el coliseo, es como uno romano, en forma de embudo, en el centro que sería el campo se divide en cuatro estaciones y cada una es sus paredes hay un símbolo,
Dejé mi mochila en una de las esquinas y me adentré más posicionándose en el medio de la grande X que dividía este lugar.
—Muy lindo ¿Cierto?— Canturreaba Nolán al llegar al lugar junto con los demás. Al parecer se pusieron de acuerdo para llegar juntos.
Todos traíamos ropa deportiva para que se nos hiciera más fácil los movimientos. Resoplé con fastidio cuando Max venía con una sonrisa burlona, se acercó a mí y con su arrogancia habló.
—Voy a hacer que te orines de el susto —Aprete los dientes, aveces era muy pesado.
—Lo mismo digo— amenacé y choque mi hombro con su brazo porque alcanzar su hombro era muy díficil para mi estatura.
Nolán se posicionó en una de las divisiones que tenía un viento pintado en la pared. Ivy también lo hizo pero su símbolo era una gota de agua. Max obvio era una llama y el de mi división era una planta bebé.
Ya cada quien en su puesto el primero que empezó fue Max, que sacó grandes chispas de sus manos, brillaban tanto que me cubrí los ojos por un momento, luego una gran candela estaba a su lado y está parecía tener vida.
—Dame algo para quemar — me dijo mirando en mi dirección y de no sé dónde salió un caminito de césped en su división. Las manos me cosquilleaban.
La llama se comió el césped tan rápido que solo quedaron las cenizas, el fuego se reflejaba en los ojos rojos de Max y se veía tan bien dominando su elemento. Unos segundos después la llama se extinguió dejando un olor a quemado y humo.
Ivy dió un paso al frente y de pronto una gran bola de agua estaba arriba de nosotros, adentro de ella había pequeños remolinos que se estaban tornando fuertes, no sé qué hizo la peliazul, solo sé que empujó toda esa agua con fuerza y calló pero en forma de lluvia, todos se mojaron un poco, menos yo, que ya había hecho crecer una gran hoja para que me protegiera de el agua.
—Que delicada— masculló Nolán con burla, le di la misma sonrisa que él a mí.
—Vengo yo— dije apartando la planta a un lado.
Cerré los ojos, como hacía siempre, para concentrarme mejor, las raíces comenzaron a salir por toda mi división, esas raíces no eran peligrosas al menos que yo quisiera, ya las había usado antes así que fue fácil dejar que se enredaran entre ellas para crear un árbol de tamaño normal.
—¿Eso es todo lo que tienes?— gritó Daniel desde su asiento y le saqué el dedo corazón.
De el árbol que había creado salieron unas plantas carnívoras con grandes colmillos.
—Una gota de el veneno de esas carnívoras y su piel se tornará morada hasta morir, convulsiones y alucinaciones— articulé mientras esas mismas carnívoras se enredaban en mis brazos, frotándose en mi piel como si fueran mis mascotas.
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Elementos: Guardianes De El Mundo
Ficțiune științifico-fantasticăLa vida me ha enseñado que hay que vivirla, disfrutarla y divertirse en el camino, que no todo es para siempre y hasta el árbol más fuerte puede caer con una simple brisa. De la muerte he aprendido que es impredecible y que puede tocar la puerta de...