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"Noche"

Me sentía muy confundida, demasiado, pero eso no me detuvo en las próximas horas, que dormí, por fin al lado de Max, me sentía muy protegida a su lado y para cuándo el sol comenzaba a salir el ya no estaba, dándome a entender de qué lo que ha pasado será un secreto.

Desayuné un pan con café, no tenía mucho apetito después de todo, hoy era el día.

«¿Vendrás pronto?»
Preguntó Mylo, lo miré por un segundo y el bombillo arriba de mi cabeza se encendió.

—Claro que vendré pronto— dije acariciando su cabeza, él cerró los ojos disfrutando— pero necesito que ustedes hagan algo por mi.

Ellos se quedaron a la espera así que continúe:

—Si en algún momento ven que esto se descontrola quiero que me esperen en la colina a las afueras de Cobra — empecé a meter ropa en una mochila roja que tenía allí, también metí la carta de Emilia, si, la madre de Max— llevarán está mochila, y traten de ser discretos.

Por último puse mi daga en uno de los bolsillos y cerré todo, dejandola a un lado de sus camitas.

«¿Estás segura de esto?»

—No voy a vivir encerrada, Hela — expliqué— cuando rescate a Kevin me iré y si cuando estoy afuera, algo pasa aquí, no duden en hacer lo que les digo. Son mi familia y no podría escapar sin ustedes.

Ellos aceptan y se que lo hacen porque son una copia mía y también han sido juzgados.

Son mis pitbulls, mis cachorros, mis guerreros, hemos peliado lado a lado y jamás hemos perdido. Somos un equipo victorioso.

En ese momento tan íntimo para mí, tenían que golpear la puerta. Para luego abrirla y adentrarse como perro por su casa.

—Holaaa...— Saluda Max con un bolso en su hombro, se ve sonriente.

—Hola— le di una sonrisa de boca cerrada, era un poco incomodo verlo después de lo de anoche.

—Deja esa cara— señaló— que entre nosotros no ha cambiado nada.

—¿Nada?— inquiero siguiéndole la corriente.

— Aún te odio, así que si, nada— solté una risita con lo que había dicho. Que loco.

Max era una persona muy impredecible y con lo que que diría todo se descontrolaria.

—¿Me odiarias más si te robo un beso?— Se lo pregunté en juego, no quería desatar las ganas que él tenía.

Soltó la mochila y me cargo con fuerza por la cintura, dejándome a su altura, dejando que mis piernas le envolvieran el torzo.

Su respiración chocando con la mía, mezclándose, siendo solo una.

—Te odiaria más si no lo hicieras— su voz era ronca, se acercó a mi cuello olfatiando mi olor.

—¿Que haces?— trate de alejarlo pero él estaba ganando en todo esto.

Me enarcó una ceja, dándome una sonrisa de lado, pícara.

—¿Que estoy haciendo?— se preguntó— Me estoy dando la oportunidad.

Me besó, con fuerza, brusco, nada dulce, con deseo, le quise seguir la corriente, pero se sentía raro.

—¿Para que es la mochila?— deavié su atención, bueno, trate de hacerlo, porque ni se inmutó.

—Es para emergencias, para cuando escapemos, la llevarán los pitbulls— fue lo que dijo, puso su mano en mi cuello, apretando bruscamente— No me cambies el tema, solo besame.

Elementos: Guardianes De El Mundo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora