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"El juego del dictador"

Federico.

¿Donde estás Aurela? Me preguntaba, esto era un desastre y aunque a cada rato me hacia esa pregunta, era mejor que no llegarán, que se olvidarán de cobra y huyeran.

No permitiría que Uly les hiciera daño, no sabía a donde habian ido después de darse cuenta de que Cobra fue atacada. Pero no decía nada, prefería la muerte antes de colaborar con la gente de real.

A mi lado estaba María, atada a una silla, al igual que yo. Tenía al frente a Delia en la misma posición. Tienen de rehenes a todos los de la central, la ciudad no está enterada de lo que pasa, Ulysses a actuado en silencio y las personas piensan que todo va normal.

—Esto es un gran error — decía por décima vez Delia hacia los guardias que nos vigilaban— no tenemos anda que ver.

No le hacían caso y sus gritos eran tan insoportables que me causaban dolor de cabeza.

María estaba callada mirando al suelo, solo queríamos libertad para esta gente y tuvo que venir un dictador a dárselas de villano, pero no lo es, Ulysses no es el villano de esta historia.

—Espero que hayan recapacitado— el susodicho entró en la habitación, se erguía imponente. Sus ojos color azul oscuro estaban llenos de rencor— Encontramos los vehículos que los transportaban, pero ellos ya no estaban ahí.

Estaba molesto. Pero yo aliviado, después de todo había entrenado muy bien a mis chicos como para saber que los rastrearian por medio de los carros.

—¿Que es lo que quieres?— pregunté y a mi mente se vinieron todos esos momentos en donde el quería el péndulo de tierra.

—Que es lo que voy a obtener — repuso mirándome con odio — desde que me enteré que había más como Max supe que uno de ellos tenía un poder muy por arriba de lo nombrado. Era tierra, yo quiero su poder, quiero manejar la naturaleza a mi propio antojo, por eso la cazé como a un animal, maté a su padre y a su estúpido perro, pero fue en vano.

Él es el asesino de la familia de Aura, lo supuse, pero aquí se confirma.

—Nunca se dejó atrapar— agregué y el asintió apretando los labios.

—La subestime, es más inteligente de lo que pensaba. Pero todo tiene un comienzo y un final, y si no me da su péndulo por las buenas, será a las malas— amenazó, sentí temor, no por tierra si no por él.

Tragué saliva sopesando todo lo que acababa de decirme.

—Dime, Ulysses ¿Hay un trasfondo tras todo esto?— preguntó María entrando a la conversación— digo... No te creo el cuentico de querer tener, manipular y adquirir los dones del elemento principal, hay algo más ¿Que es?

Así era ella, buscaba algo para poder aunque sea salvarnos por medio eso.
Ulysses se tensó, claro que oculta algo.

—Son asuntos personales— escupió — ¡No te metas en esto!

— Ay ajá — respondió María con sorna— Tus asuntos personales no son asuntos personales si se trata de Aurela, no hace falta que le quites el péndulo para lo que quieres, solo con pedírselo basta, a cambio de que nos liberes.

... Negociación.

—Deja tu manipulación para otra persona — masculló— ya dije que quiero el péndulo y lo voy a obtener así tenga que matarla en el camino, pero ella ni nadie arruinará mis planes.

Y con eso se marchó más encabronado que cuando llegó.

—No funcionó tu jueguito — alegó Delia hacia María que tenía los dientes apretados.

Elementos: Guardianes De El Mundo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora