La señora Sabadell había ordenado a una sirvienta acompañar a Maximiliano al que sería su dormitorio aquellos días.
En el balcón, miraba al mar sin dejar de pensar en su amiga. Aparecieron sus hermanas, Lorenza y Gabriela.
· ¡Por dios! Qué vistas. Lástima que mi dormitorio de a la montaña. ¿Podré pedir que me cambien a otra con mejores vistas? - dijo con frivolidad la mayor de las hermanas.
· Cállate. Tu dormitorio es increíble. Padre dijo que seamos corteses, así que compórtate.
La respuesta de Gabriela fue una mueca.
· Qué raro no verte con Agatha.
· Eso, ¿ya os habéis peleado? - dijo sin gracia Gabriela.
· ¿Puedes dejar de decir sin sentidos? - le regañó Lorenza.
· Bueno, no te pongas así, era una broma...
· No hemos peleado. Agatha se siente algo indispuesta por el viaje. - mintió Maximiliano.
· La entiendo. El viaje ha sido agotador. Ahora que lo dices, yo también me encuentro mal, iré a que me traigan un té de hierbas. - Gabriela se dirigió a dentro de la casa.
Lorenza se puso al lado de su hermano, se apoyó de igual manera en la balaustrada del balcón. Inspiró con fuerza el húmedo aire salado y suspiró profundamente. Observaron las hermosas vistas.
· Creo que te necesita más que nunca. - dijo sin dejar de mirar al mar. - no te lo tomes como una obligación. Pero ayuda a que este sea el viaje que tanto espera ella. - esta vez sí se giró a mirar a su hermano pequeño. Le acarició el pelo y al segundo este se incorporó y abandonó el lugar con paso firme.
Lorenza sonrió con orgullo.
Maximiliano no se detuvo hasta encontrar a la señora Sabadell.
· Señora, necesito saber dónde está Agatha.
· La señorita está descansando del pesado viaje. Cuando despierte, le comunicaré...
· Gracias. - dijo con seriedad y se puso en marcha de inmediato dejando a la tutora casi hablando sola.
Llegó al gran salón. Encontró lo que buscaba, la señora Rivera estaba ahí.
· Oh, querido...
· Señora, necesito saber dónde se encuentra Agatha.
· ¿perdón? ¿Acaso no está contigo? - dijo algo confundida.
Esto le sorprendió a Maximiliano. Daba por hecho de que ella sería la primera en saber lo ocurrido con Agatha. Pero al parecer, no tenía constancia de ello.
· Maximiliano, responde por favor, ¿ha pasado algo con Agatha? - insistió algo preocupada la madrastra.
· Eh... - el joven no sabía qué decir, no debía meterse en asuntos familiares ajenos. Pero era la señora Margot, no quería mentirla. - yo...
· Señora, Agatha está en su cuarto descansando del viaje. Al parecer no ha dormido bien. - apareció la señora Sabadell por detrás. - señorito, acompáñame.
Maximiliano tardó en reaccionar un segundo y obedeció.
Caminaron por el bello y muy cuidado jardín. Se notaba un movimiento desmesurado de empleados debido a la visita de la familia.
· La señorita Agatha ha cogido mucha confianza contigo. - dijo con amabilidad - Agatha... apenas recuerda a su madre. Murió cuando ella era muy joven. No obstante, Agatha recuerda los viajes a esta villa con claridad. - Maximiliano la escuchaba atentamente. - no recuerda a su madre, sino los momentos felices que pasa aquí. Ver el dormitorio hizo que la recordara a ella.

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Agatha conoce a Maxi.
RomanceAgatha y Maxi, dos amigos aristocráticos cuyo amor traspasará los muros de la sociedad de principios de siglo 19.