⇨39.Susto.⇦

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Tome su mano mientras lo observaba.

Sentía que mi corazón volvía a latir, pero tenía miedo muy en el fondo de mi sabia que estuve a punto de perderlo para siempre.

Lentamente abrió los ojos y me miro. Con una pequeña sonrisa luego evito mi mirada.

—Nos diste un gran susto.—

—Perdóname... por fa..vor...— Apreté su mano mientras limpiaba mis lágrimas.

Asentí con la cabeza y me levante de la silla para darle espacio a su madre de entrar.

—¿Estarás esperándome?— Pregunto.

No dije nada, solo cerré la puerta y camine a la salida. Vi como su mamá entró a la habitación. 

No me sentía lista para esto ahora, mi corazón dolía y no podía soportarlo.











(...)

Sentí como Ethan me abrazaba. Pero no podía reaccionar. Me sentía vacía.

—¿Estas bien?—

—Si.—

—Nena, conmigo no puedes fingir.— Sentí el nudo en la garganta necesitaba llorar.

Apoye mi cabeza en su hombro.

—Esto es mi culpa...—

—No lo es.—

—¡Pudo morir, si yo no hubiese estado tan obsesionada con ayudarlo el estaría...!—

—Peor, quien sabe si su adicción lo mata, solo buscaste ayudarlo ahora el esta vivo deja de culparte.—

Su madre se acercó a nosotros y me dio una cachetada.

—Crei en ti, en que mi hijo estaría estable contigo.—

—Señora, Alma no tiene la culpa que su hijo sea un adicto.— Thomas se puso delante de mi enfrentándose.

—No quiero que lo vuelvas a buscar te lo advierto.—

—No sea tan desagradecida, ellos se aman acaso no lo ve.— Atacó Ethan.

—A pesar de su dicho amor, mo hijo casi se muere.—

—Lo acepto, no volveré a ver a Noah.— Dije. Ambos me miraron como si estuve loca.

—Alma...—

—Gracias.— Dijo mientras subía a su auto.

Ignore las advertencias de Thomas si me iba del hospital.



Rechace las llamadas que me hacia cada vez que podía.

Viví el duelo en silencio.

Debía olvidarlo.

—No te das cuenta que te necesita.— Dijo Thomas mientras entraba a mi habitación.

Lo ignore, y mire hacia la ventana mientras tiraba el humo del cigarro.

—¿Fumas?—

Empecé desde hace dos semanas, cada vez que lo hago recuerdo sus ojos, su olor, su sonrisa, como si el estuviera acá conmigo, es la manera de recordar que algún día lo ame.

Pasaron 4 meses, no tenía ninguna novedad y tampoco quería saberlo.

Thomas y Ethan lo visitan.

—Cada vez que veo su rostro pregunta por vos.—

—Tiene el corazón roto.—

—Lose.— Opine mientras abría la ventana para que el olor no se note mucho pero quedaba impregnado en mi ropa, en mi ser.

Eres cruel igual que tu madre.— Cerró la puerta y sentí el dolor en mi pecho el sabía que nombrarla a ella dolería.

Me quede sentada en la cama.

—¿Puedo pasar?— Pregunto papa.

—Si vienes a decirme lo mismo que Thomas prefiero evitarlo.—

—¿Alguna vez te conté lo mucho que sufrí por tu madre?—

Lo mire y se sentó a mi lado.

Cuando tu mamá quedó embarazada de vos, discutió conmigo negando que estaba embarazada, admito que eramos muy jóvenes y no nos habíamos cuidado... pero sabes ese día en mi corazón sentí que podía hacerlo bien, yo no tuve una buena infancia y los padres que tuvimos con tu Tía Monica no fueron los mejores obvio que creci en una familia adinerada y que hacia todo lo que quería pero nunca recibí un amor tan puro y sincero como el de tu madre, ella fue la primer chica que ame, y que voy a amar hasta el día de mi muerte, ella se alejo mucho tiempo de mi evitando que yo  vea como ibas creciendo en su vientre, sentía mi corazón cada vez latir más lento y un dolor que nada podía calmarlo, cuando empezamos a salir ella pensaba que solo iba a ser una aventura ya que siempre vi a las mujeres como solo placer pero en tan poco tiempo sus locuras me enamoraron, sufrimos mucho por estar juntos tu madre estaba tan dañada como yo, ella fue una chica muy amada en su familia muy distinto a mi tus abuelos la adoraban y más su madre, ella siempre creyó en el amor que nos teníamos hasta sus últimos momentos de vida.
Ella siempre fue esa luz que yo necesite, ambos nos arriesgamos a morir por el otro muchas veces hija, hasta por ti casi perdemos la vida cuando tus abuelos de parte mía te secuestraron para lastimarme volverme loco lo pensamos con tu madre el primero en tomar la decisión fui yo, y lo hice me tomé pastillas por creí que estabas muerta ya no teníamos más esperanzas para nosotros, pero estabas ahí corriendo hacia mi dulce princesa, ahora te pregunto ¿lo amas?—

Las lágrimas salían sin pedirme permiso. Abrace a papá mientras el también lloraba, nunca me contaron todo esto jamás supe cuanto sufrieron ambos al tenerme y antes en su relación.

—Tranquila cariño.— Beso mi frente.

Canto una canción mientras cerraba los ojos.

—Lo amo papa...—

—Entonces lucha, no dejes que su madre te aleje de su vida, por alguna razón el no murió esa noche, sabe que te tiene a ti para que lo levántes de su propia oscuridad.—

—Te amo.—

—Yo también te amo mi niña, ahora descansa.—

—Nunca vuelvan a ser una locura, por favor.— El río y tomo mis mejillas.

Por ti y tu hermano tu madre y yo damos nuestra vida.—

Cerró la puerta y me acomode para dormir.

Pero no podía consiliar el sueño.

Lo echaba de menos más que nunca.

Sentí golpes en la ventana. Al acerté ahí estaba con su hermosa sonrisa.

Papa estaba mirando solo sonrio y cerró su ventana.

Baje y abrí la puerta no pude resistirme y lo bese.

Entre risas subimos a mi habitación.

Donde ambos nos entregamos al amor y placer que sentíamos el uno por el otro.

Por siempre mía 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora