HELENA
Luego de almorzar, el cansancio me había vencido y me quedé dormida, al despertar de una siesta reparadora, el guardián de mis sueños, tenía su vista fija en mi, pero como si su mente no estuviera aquí, quizás recordando tiempos felices, creo que a pesar de su romance con esa doncella, después de Elizabeth no había vuelto a enamorarse, al punto de querer compartir su vida con una mujer, porque estoy segura que muchas damas deben haber tratado de seducirlo, y con lo apuesto que es cualquiera estaría encantada de recibir sus atenciones, aunque no parece un hombre fácil de conquistar.
La llegada de mis padres me alegró el día, papá se apartó para hablar con William, me alegró muchísimo que trajeran a Alice, porque necesitaba alguien de confianza para que me ayude y ella es quien más me conoce, además de mamá. Lady Amalia le sugirió a mis padres que podían acompañarla a la sala para que yo pudiera asearme, con la ayuda de Alice, así es que salieron dejándonos a solas.
-¡Ay mi niña! Me preocupé mucho al enterarme lo que le sucedió.- dijo Alice
-Fue un accidente y un descuido mio.- dije
-Es que justamente, me extrañó de que siendo tan buena jinete, sufriera un accidente así. Pero me deja tranquila, saber que la han atendido tan bien ¿no? -
-Por supuesto…realmente el Duque y su madre se han comportado excelentemente. Mira nada más, si hasta estoy en la habitación principal. -dije jactándome de mi suerte.
-Si noté que el Duque personalmente, ha supervisado que estés cómoda y bien atendida y eso mi niña…bueno, no es habitual, para eso un Duque tiene gente que se encarga de realizar esas tareas.- enfatizando la dedicación que él ha puesto en pos de mi bienestar.
-Bueno…quizás lo hace por la relación que tiene con mis padres.- dije no dando importancia a su comentario.
-Helena, esto que está haciendo lo hace por ti. Soy una mujer grande y muy observadora y créeme que su interés no está solo enfocado en tus padres.
-Pero…si lo que insinúas es que se interesa en mi, déjame decirte que no lo creo, el es un hombre apuesto y con cierta experiencia, en cambio yo… soy una jovencita inexperta, que apenas comienza a vivir.
-Eres joven si… inexperta también… pero eres una mujer, una muy hermosa por cierto y con una personalidad, que cualquier hombre se sentiría atraído.
-Que cosas dices- dije sonrojándome.
-¿Acaso será que se siente atraído por mi? ¿Pudiendo tener a cualquier mujer más experimentada y dispuesta a complacerlo?- pregunté inocentemente.
-A veces, lo que no es fácil de obtener se vuelve más atractivo y deseado.- dijo mientras me ayudaba a entrar a la tina.
-¿Será que realmente le parezco atractiva?-
-No lo dudo, pero también sabe que tu eres una dama y por supuesto debe respetarte como tal. Entonces que te parece, si me permites que esta vieja experta te guíe, para que él sea quien caiga en tus encantos, y no al revés.- dijo Alice con cierta picardía.
-¿Estas segura? No me gustaría quedar en evidencia, me moriría de la vergüenza.
-Déjame arreglarte para que todos puedan apreciar esta joya tan única. – dijo mirándome con inmenso afecto.
Alice se encargó de que me viera, mucho mejor, me eligió un vestido celeste cielo, bordado y adornado con encajes muy delicadamente, me maquillo muy suavemente, para dar un poco de color a mi palidez, cepillo mi cabello armando una trenza que caía en mi hombro hacia un costado.
-¡Te vez espléndida! Causaras una gran impresión.-dijo con satisfacción
-Mejor de lo que estaba, no hay duda, pero espléndida es demasiado. -dije sonriendo
Bajamos a la sala, donde nos esperaban para tomar el té y al verme entrar, se sorprendieron.
-¡Te ves muy hermosa! – dijo Lady Amalia- Realmente tienen una hermosa dama en su familia, no les será difícil que los caballeros lo noten y la pretendan.- les dijo a mis padres.
-Me temo que está en lo cierto, Excelencia- dijo papá con resignación- Pero aquel que la pretenda, debe ser correspondido no voy a casar a mi hija con un hombre que no sea de su agrado.- dijo muy convencido.
-Por supuesto- dijo Lady Amalia poniéndose de pie- Voy a buscar a mi hijo, debe de estar muy concentrado en sus asuntos y perdió la noción del tiempo.- dijo mientras iba en su búsqueda.
Al regresar con él, sentía su mirada persistente sobre mi, era muy halagador de forma tal que me causó un poco de vergüenza, Alice le solicito su permiso para recoger algunas flores que quería usar para alegrar mi estancia aquí, a lo que él estuvo de acuerdo con que dispongamos de las que considerábamos necesarias.
Al atardecer, me despedí de mis padres quedando al cuidado de Alice. La tormenta azotaba afuera no se si podría dormir tranquila. Al terminar de cenar, Lady Amalia se retiro a su cuarto a descansar, trate de hacer lo mismo con ayuda de Alice, y me hubiera tomado mucho tiempo subir esas escaleras, si no fuera que William me tomó en sus brazos, llevándome al piso superior, la sorpresa de su arrebato me llevó a aferrarme a su cuello, rozando con mis manos su piel, el contacto generó una sensación extraña y con un susurro, logre pedirle que me bajara, deslizándome por su cuerpo suavemente hasta que mis pies tocaron el piso, sin querer soltar su cuello, quedando su rostro muy cerca del mio, tanto que nuestros labios casi podían rozarse, pero algo así no sería correcto, porque no se si podría o querría rechazar un beso de sus labios, me alejé tratando de recomponer la cordura y busqué refugio en Alice, para acompañarme al cuarto.
Una vez ahí, en la tranquilidad de la habitación Alice me ayudó a prepararme para dormir, mientras peinaba mi cabello, preguntó
-¿Mi niña, que sucede entre el Duque y tú?
-¿Qué?...Nada sucede entre el y yo…¿Porqué la pregunta?-dije intrigada
-Porque puedo ver la forma en que lo miras, en que reaccionas a su contacto, pero también he visto la manera en la que él te mira a ti.- dijo convencida de lo que sus ojos había visto.
-¿Y como dices que me mira?- pregunté con entusiasmo.
-Con admiración, con ternura, y su trato a ti es de protección, no eres así con alguien que no te interesa.
-¿Tu crees?-pregunté sintiendo el calor en mis mejillas.
-Tal vez puedo equivocarme, pero el está interesado en ti.-mientras me arropaba y besaba mi frente- Ahora descansa.
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LA SOMBRA DE UN AMOR
RomanceElla, una joven llena de vida, audaz, inteligente, rebelde y portadora de una belleza indiscutible. La menor luego de cinco varones, la joya de la familia, un excelente partido para cualquier joven, pero ella sería deslumbrada por el hombre menos pe...