Contemplaba su hermosa figura descansando junto a mi, no podía creer que ella hubiera venido a mi, decidida a todo; esa noche había sido mía en cuerpo y alma, cuidadosamente me deslicé en la cama, me puse rápidamente el pantalón y salí sin hacer el mínimo ruido, las primeras luces del día teñían el cielo, era muy temprano y llamé a Joseph, que se asombró al verme levantado a esta hora.
-Buenos días, Señor! Pasó algo? Aún no sale el sol- asombrado por mi presencia a esas horas
-Buenos días, Joseph! No, sólo necesito agua para un baño caliente, que la Señora Claus lleve el desayuno para dos a la habitación de junto y necesito de la total discreción de ambos.
-Señor! Desayuno para dos?-
-Joseph, soy el hombre más feliz del mundo! Aquí en la habitación de al lado, duerme la mujer de mi vida y sólo ustedes lo sabrán.
-Pero?...Acaso la Señorita Helena está aquí?
-Shhh! Así es, por eso apresúrate.
-Enseguida, Señor.
Cuando todo estuvo listo, entraron al cuarto a preparar la tina, y a dejar el desayuno; la Señora Claus trajo pétalos de rosa fresca, suponía que el baño era para mi amada y con una sonrisa de satisfacción, se retiraron. Me acerqué a ella que aún dormía, acariciando suavemente su mejilla y se despertó asustada
-Ya es de día! Debo irme!
-Buenos días, mi amor!- le deje un suave beso
-Buenos días! Debe ser tarde,… o no, mis hermanos me van matar!
-Tranquila, aún es de madrugada, ven primero te darás un baño conmigo, luego comerás algo y yo te acompañaré a tu casa.
-Estás loco! Me tengo que ir!
-Por favor, no me quites el deseo de compartir estos momentos contigo, es lo único que me quedará, cuando salgas por esa puerta.
Su ansiedad se calmó y accedió, besando mis labios.
Se sumergió en la tina, la acompañé; colocándome detrás de ella, la acaricie mientras enjabonaba su cuerpo y ella se recostada sobre mi, era un momento único que quería tener con ella, nuestros cuerpos sumergidos no sólo en agua de rosas, sino en una atmósfera de calma y amor. Creo que ambos queríamos quedarnos encerrados aquí, para siempre; luego la envolví en una enorme toalla arropándola contra mi pecho.
-Y …si no te dejo ir? Si huimos juntos, lejos de todo y nos casamos en algún lugar del mundo?
-Me encantaría- dijo- Pero viviríamos huyendo.
-Pero juntos- afirmé convencido
-Te amo, lo sabes, sino de ninguna manera estaría aquí desayunando contigo, después de una noche maravillosa.
-Yo también te amo y me duele dejarte ir.
Terminamos de desayunar, la ayudé a vestirse, salimos de la casa a hurtadillas, para buscar nuestros caballos en los establos, la monté conmigo en Shadow y llevamos a su yegua, junto a nosotros.
Cruzamos el arroyo y en mi comenzó a instalarse la desesperación al saber, que en unos instantes me separaría de ella, llegamos a un punto donde era inevitable tener que despedirnos, la abrace y la besé con todo el amor que tenía para ella y sin más, montó a su yegua y la vi alejarse mientras mi corazón se destrozaba en mi pecho.
Volví a mi casa, mi ánimo había cambiado drásticamente, en la mañana podía contra todo en este mundo, pero ahora parecía que todo mi mundo se había vuelto a desplomar ante mi, subí a mi habitación y me recosté en la cama, de inmediato Joseph se hizo presente.
-Señor, creí que usted y la Señorita Helena, habían arreglado las cosas y retomarían su compromiso, pero no es así?
-No, Joseph, ella debe cumplir con un compromiso, pero nadie debe saber de su presencia aquí.
-Entonces se casará con ese hombre de todos modos? Y usted se va quedar ahí compadeciéndose de si mismo? Sin luchar por el amor de esa mujer?
-Y que puedo hacer? Ay mucho que nos separa.
-Usted la ama y por lo que veo ella también, de lo contrario ella no lo hubiera buscado a poco de casarse, entonces que los separa?
-Iris y el hijo que espera!
El silencio reino, luego Joseph tuvo una idea que por el momento, nos mantendría en contacto, él le haría llegar mis cartas personalmente, hasta que pudiéramos encontrar otra manera de solucionar las cosas; o no.
Sentarme a escribirle mis sentimientos por ella, al menos mitigaba la desesperación de no tenerla y era la manera de que ella supiera que para mi, no era una mujer más en mi vida, era la mujer de mi vida.
ESTÁS LEYENDO
LA SOMBRA DE UN AMOR
RomanceElla, una joven llena de vida, audaz, inteligente, rebelde y portadora de una belleza indiscutible. La menor luego de cinco varones, la joya de la familia, un excelente partido para cualquier joven, pero ella sería deslumbrada por el hombre menos pe...