CAPITULO XXXIII

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Era una hermosa mañana, ya hacía unos días que Helena había regresado a la ciudad, yo por mi parte tenía algunos asuntos que atender con respecto a las propiedades de la familia, en la ciudad, y era algo que no podía postergar por más tiempo.
-Joseph,  prepara mis cosas para una semana, tengo que ir a la ciudad y tu vendrás conmigo, por supuesto, te necesito más que nunca.
-Claro, Milord, lo que ordene.
Volver a casa de mi madre, significaba estar más cerca de Helena, frecuentar los mismos círculos sociales, pero sabía que ella estaría acompañada de su prometido, el solo hecho de pensar en verla junto a él me hervía la sangre y por supuesto también me toparia con Iris, que por obvias razones no podía despedirla.
Cuando llegué a casa de mi madre, ella no estaba.
-Buenos días Señora Mary, mi madre?
-Buenos días,  milord, mi Lady salió temprano, pero estará para la hora del almuerzo.
-Sabes donde fue?
-Bueno,…ella fue a desayunar a casa de Lady Christine.
-Entiendo…mi habitación está lista?
-Si, Milord,  ahora envió a algunas doncellas para que ayuden a Joseph a ordenar su guardarropas.
-No es necesario, además no quiero a ninguna doncella en mi cuarto, solo Joseph se ocupará de mi y usted, nadie más.
Lo que menos quería era encontrar a Iris husmeando entre mis cosas. Me encerré en mi estudio a revisar los papeles de las propiedades, decidí darle a Joseph un mensaje para Helena, quería que ella supiera que yo había llegado a la ciudad, creo que en el fondo de mi corazón, pensaba que eso la hiciera dudar de sus planes de matrimonio con Lord Carter.
-Joseph quiero que le hagas llegar esto a Helena, por favor.
-Por supuesto Milord, se lo entregaré a Rose, su doncella, le aseguro que ella es una joven integra y digna de confianza.
-Veo que tienes en alta estima a esa doncella?
-Bueno,…la he conocido gracias a sus misivas Milord, y debo decir que es encantadora.
-Bien, me alegro que alguien como ella, sea de tu agrado, mereces tener una ilusión, pero no te entretengas demasiado conversando con ella, porque esta noche debo acompañar a mi madre a un banquete y necesito de tu ayuda.
-Bien Milord, gracias- dijo sonriendo y se retiro
Era casi la hora de la dichosa cena y aun no tenia noticias de Joseph, decidí prepararme y partí en compañía de mi madre.
Al llegar a la mansión de los Roberts, mi madre se entretuvo conversando con la anfitriona, mientras yo acompañaba al Señor Roberts a tomar un poco de su exquisito licor, cuando divisé una figura muy familiar, era ella mi bella Helena, llevaba un vestido en color lavanda y su cabello caía por su espalda, esa que tantas veces pude besar y acariciar.
-Veo que la familia Richmond está invitada también?
-Oh!  Por supuesto son íntimos amigos nuestros, además su hijo menor está muy interesado en mi hija mayor, espero no se incomode, ya que la Señorita Helena, termino aceptando a…Lord Carter, de todas maneras el no está invitado.
-Esa, Señor Roberts es una excelente noticia para mi.- dije con satisfacción- Salud!- mientras brindaba con él.
Entre las distracciones de los presentes, aproveché para acercarme a la que para mi, era la dama más hermosa de esa noche.
-Buenas noches, mi bella dama- susurré parándome detrás de ella, a lo cual se giró asombrada por mi presencia, y pude ver que en su cuello llevaba el colgante que le regalé.- Me da gusto ver que lleva mi corazón junto al suyo-
-William? Que haces aquí? Pensé que aún estarías…
-En mi casa de campo? No, tenía asuntos que atender en la ciudad y obviamente tuve que acompañar a mi madre está noche, veo también que toda tu familia está aquí, pero tu prometido no. Pero veo que no te llegó mi mensaje?
-Bueno,…él tenía una reunión de negocios muy importante, la cual no podía postergar… De que mensaje estas hablando?
-No nada,… Pero que podría ser más importante que acompañarte está noche? Yo no te habría dejado sola.
Esta noche paso más rápido de lo que habría deseado, y era muy incómodo tener que guardar distancia con Helena, no se hubiera visto bien, que al estar comprometida, pasara tiempo conmigo.
Al llegar a casa, ya en mi habitación, llegó Joseph, que se había desaparecido toda la tarde.
-Buenas noches Joseph, creo que te demoraste un poco en regresar. Pudiste entregar mi mensaje?
-De eso quería hablarle, milord. Cuando salí de la casa por la tarde, vi a Iris que salió muy arreglada, para ir supuestamente al mercado y decidí seguirla…
-Quiere decir que decidiste ir tras unas faldas, en vez de cumplir con mis órdenes?
-No milord,… déjeme que le explique, le aseguro que lo que descubrí le va a interesar.
-Bien,  continua…
-La seguí hasta la calle de los Robinson, pero para mí sorpresa entró en la casa de al lado, la de Lord Carter, eso me resultó muy sospechoso, al principio creí que iba a advertirle que usted estaba aquí, pero de todas maneras que relación tenía con ese Lord como para ser su espía,  es ahí cuando decidí acercarme más, y me escabulli por la parte trasera, entre unos arbustos bajo las ventanas de las habitaciones y me sorprendió lo que escuché…Al principio solo discutían, pero ella le dijo que lo del embarazo no estaba funcionando para ella, solo él se benefició, entonces lo amenazó con contarle la verdad a Helena, en ese momento el la golpeó y le dijo que si apreciaba su vida cerraría muy bien la boca. Además jamás le creerían.
-La verdad? De que verdad hablaría.
-No lo se milord, pero ella salió muy asustada.
-Te agradezco Joseph, te debo una disculpa… tendré que averiguar que es lo que trama Carter con Iris y  como es que se conocen?
-Tal vez, debería enfrentar a Iris y obligarla a que le cuente todo.
La información que me había revelado Joseph, era extraña, que relacionaba a Iris con Carter y que planeaban juntos. Era sabido que Carter no pudo superar el hecho de que Elizabeth, se casará conmigo y años después nos enfrentábamos nuevamente por el amor de Helena, y que por ahora él se podia  sentir el vencedor.

LA SOMBRA DE UN AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora