CAPITULO XVIII

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Volver a verla, me remueve muchos sentimientos dentro mío, pero en éste último encuentro, Helena ha abierto su corazón dejándome muy confundido, no esperaba que alguien tan joven e inexperta, tuviera la valentía de expresar su sentir de esa manera, nunca creí que pudiera despertar en alguien tantos sentimientos y a la vez lastimarla con mis actos. Ahora entiendo por que me evitaba.
Luego de su confesión toda la noche estuvo ignorando mis miradas, pero se la veía como si de repente se hubiera liberado y brillaba por si misma, deslumbrando a quien posara sus ojos en ella, o tal vez sus palabras me hacían verla de una manera diferente.
Al llegar a casa, mi madre me preguntó si todo estaba bien, la tranquilice asintiendo, pero la verdad es que una dama me había dado mucho en que pensar.
Al otro día, invité a Helena para que almorzara con nosotros, pensé que vendría sola pero su madre la acompañó, seguramente por su pedido, pero debía hacerle saber mis deseos de hablar con ella, susurrándole esto muy cerca
-Pensé que vendría solo usted, no contaba con que su madre la acompañe.
-¿Le molesta? Le recuerdo que no se vería bien que viniera sola, a la casa de un hombre que no esté casado.
-Necesito conversar con usted, ¿me acompaña al jardín?
-Si lo que usted quiere es hablar respecto a lo de anoche, no hay nada que hablar, dejemos las cosas así.
-Es que no quiero dejar las cosas así. Por favor deme la oportunidad de revertir mi comportamiento.
Asintió y me acompañó, siempre a la vista de nuestras madres, al menos me daría el derecho a ser escuchado.
-Se que últimamente, me he comportado como un idiota, y no he sabido apreciar lo que estaba frente a mi todo este tiempo, la verdad nunca pensé que alguien como usted, pudiera hacer tambalear mi mundo. Solo quiero pedirle la oportunidad de demostrarle que puedo ser el hombre que usted necesita.
-Usted siempre tuvo esa oportunidad, solo que no se dio cuenta, ni siquiera después de que respondí a sus besos y caricias, poniendo en riesgo mi reputación.
-Me disculpo, por ser tan ciego, pero le aseguro que estoy dispuesto a compensar lo que por mi causa tuvo que sufrir.
Luego de nuestra charla, creí que me lo haría más sencillo, pero esta dama estaba dispuesta a verme suplicando por su atención, era un reto para mí, y estaba dispuesto a aceptarlo.
La mañana siguiente, elegí las flores más hermosas de mi jardín y se las envié, así hasta que se fueron a la ciudad. Fue ahí cuando decidí que debía seguirla y tratar de conquistarla, acercándome a ella. Recordé que en nuestro primer encuentro, ella había ido a tratar de conseguir una novela romántica, cuando se topó conmigo, así es que conseguí tres libros, que de seguro a ella le fascinarian, pedí que los envolvieran y los ataran con un listón azul, con una nota que decía "quizás nuestra Emily pueda disfrutar de algunas historias de amor", fui a visitarla porque quería estar presente cuando recibiera mi regalo, sabía de antemano que ella había estado buscando estos títulos, y por eso quería sorprenderla. Estábamos en la sala, disfrutando del té, cuando la Señora Alice entró
-Mi niña, llegó este presente para usted, me dijeron que usted sabría de quien.
-Gracias, que extraño...-mientras leía la tarjeta, se sonrió- aunque es un hermoso detalle. -dijo sonrojándose
-Parece que alguien conoce muy bien sus gustos- dije
-Más bien, alguien está haciendo su mejor esfuerzo, eso es para considerar. Gracias- susurro cerca de mi
-¿Quien te ha enviado ese presente? - pregunto su madre
-No lo se, parece que tengo un pretendiente misterioso.
-Un tanto atrevido, ya que tiene algo de competencia.
-¡Quizás! ¿Pero no es malo tener opciones, o si? - dijo y eso me molestó.
-Por favor, hay caballeros que no tienen competencia, hija.- dijo su madre mirándome.
Ese regalo, tenía mucho que ver con nuestro primer encuentro, pero solo nosotros sabíamos que aquel día, en cierto modo fue el inicio de todo y seguramente para ella fue importante que lo recordara.

LA SOMBRA DE UN AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora