CAPITULO LI

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Estábamos en la sala con Rose , mientras los hombres conversaban en privado en el despacho de William.
-Realmente Rose, no entiendo porque  no  me contaste de tu relación con Joseph.
-Es que... bueno... Milady... ha estado con muchas preocupaciones últimamente y la verdad no quería que se tuviera que ocupar de algo sin importancia.
-¿Sin importancia? Sabes muy bien que a ti te tengo en mucha estima,  además tu lo sabes todo de mi, jamas algo que tenga que ver contigo sería algo sin importancia.
-Gracias,  Milady sabe que yo no tengo familia, pero aunque no se si es correcto, para mi usted es lo más cercano a una familia.
-¿Lo amas?.
-Si, con todo mi corazón. -
-Solo espero que el sienta lo mismo por ti, o se las verá conmigo, te lo aseguro.- ¿Cómo comenzó todo?.-
-Bueno,  cuando el traía los mensajes de su Señor, comenzamos a conversar y luego se hizo más frecuente, algunas veces me traía flores que cortaba del jardín, ottas me acompañaba cuando usted me enviaba por algún mandado, nos contábamos sobre nuestras vidas, y poco a poco nos volvimos inseparables, hasta que un día el declaró su amor por mi.
-¡Ay Rose, me alegro tanto por ti! Joseph parece un gran hombre, y tu te mereces a un gran hombre, que te respete y te ame, así como yo encontré a William.
Llevaban un buen tiempo encerrados en el despacho y de repente aparecieron juntos en la sala, William se paró junto a mi y tomó la iniciativa para hablar.
-Después de mucho indagar, Joseph y yo tuvimos una conversación entre caballeros y tiene algo que decirnos a ambos.
-Bien adelante, te escuchamos-
-Bueno,... esto es un poco complicado para mí,...yo... quería solicitarle Milady, si usted está de acuerdo...
-¿Qué? Habla por favor!
-Quiero solicitarle permiso para cortejar a Rose, con todo respeto, se que para usted ella es muy importante y no me gustaría que lo que sucedió se malinterprete,... mis sentimientos hacia ella son muy sinceros solo que,...
-Mira Joseph-interrumpí -Como creo conocerte y a Rose también, para mi seria un honor darles mi bendición, pero te aseguro que si por algún motivo la haces sufrir o la engañas, me olvidaré que eres el hombre de confianza de mi marido y tendrás que rendirme cuentas a mi de tus actos.-
-Entiendo Milady, le aseguro que voy a cuidar de ella.
-Pero ahora, creo que deberías ver si ella está de acuerdo ¿no?- dijo William
Se acercó a Rose, y el cuadro era tan encantador, le tomó la mano y le preguntó si ella deseaba aceptarlo, por supuesto que ella con su dulzura que la caracteriza, le dijo que si.
-Creo que así se debe sentir con los hijos ¿no crees?- le susurré a William y el asintió y beso mi cabeza, creo que ambos en ese instante tuvimos el mismo pensamiento, era un momento hermoso para disfrutar, ya que no tendríamos esa posibilidad con nuestros hijos, pero saber que aún así, mi esposo había decidido casarse conmigo, renunciando a la posibilidad de ser padre, poniendo nuestro amor primero me hacía sentir afortunada.
El tiempo pasaba, William estaba muy ocupado, era época de que la tierra comenzará a dar esos frutos que tanto habíamos esperado, la cosecha sería muy abundante este año, Rose y Joseph se habían casado hace apenas un mes, pero a pesar de todas las cosas hermosas que pasaban a nuestro alrededor, me sentía diferente, estaba con un libro en mi mano, pero mi mente estaba perdida en muchos pensamientos que se volvían constantes, nunca pensé que me afectará tanto el hecho de no poder ser madre, a veces sentía que a nuestro amor le faltaba la dicha de ver a nuestros hijos corriendo por el jardín, aunque las visitas de mis hermanos con sus hijos, solían llenar esa necesidad, cuando ellos se iban el vacío se hacía inmenso en mi.
-¿Espero que en alguno de esos pensamientos esté yo?- me susurro suavemente al oído, para traerme nuevamente a la realidad.
-Siempre- le respondí besando su mejilla
-¿Sabes? Estuve con el matrimonio que cuidó a Iris, lamentablemente ella tuvo muchas complicaciones, pero el niño está muy bien.
-Cuanto lo siento, ¿tu lo sabias?-
-Por supuesto, personalmente envié al doctor para que la asistiera, pero ha perdido mucha sangre, está muy delicada y pidió hablar con nosotros, pero si tu no quieres...
-William, si ella quiere vernos no podemos negarnos.
Fuimos a la cabaña donde estaba Iris, un matrimonio mayor nos recibió, la mujer me dijo que ella estaba muy mal, que tal vez no se recuperaría, eso me entristeció a pesar de todo lo que ella había hecho por separarnos,  entramos a la habitación donde estaba junto a su bebé y el doctor que la asistía.
-¿Vinieron, a pesar de todo están aquí?- dijo con mucha dificultad, pero un poco de alivio en su mirada.
-No te esfuerces aún estás delicada, guarda las fuerzas, para recuperarte y disfrutar de tu hijo- dije al verla un poco inquieta
-No, yo se que no podré recuperarme, pero el saber que podría tener un último momento con ustedes, me ha mantenido con vida.
-No digas eso, eres joven y ahora tienes mucho porque vivir- dije mirando a su pequeño y tomando la mano de ella.
-Quiero pedirles perdón,... he sido muy mala sobretodo con usted Milady,... pero he pagado por todo eso y a diferencia de mi, se preocupó de que mi hijo y yo estemos bien, gracias por eso.
-Esta bien,  en serio tu bebé es un ser inocente y no me parecía justo que el sufriera por errores que cometieron sus padres.
-Ahora veo que tu eres digna de ser la esposa de Milord, eres increíble, tal como el siempre lo decía, jamás hubiera sido como tu, jamás me hubiera mirado estando tú en su corazón, pero no te guardo rencor, tu eras todo lo que yo jamas seré.
-Tranquila, no podemos forzar que nos amen, pero aún así nos enamoramos y a veces sufrimos por amor.
-No me queda mucho tiempo Milady, y por amor a mi hijo, quiero pedirle algo aunque no tengo derecho a semejante petición, sería un honor y me iría tranquila, si ustedes fueran los padrinos de mi bebé, se que velarán por su bienestar y tendrá un futuro que yo jamás le daré, pero sobretodo estará rodeado de mucho amor.
Nos miramos con William, que permanecía sin emitir una palabra hasta ese momento, pero creo que en mis ojos pudo ver mi súplica.
-Iris, te pido disculpas por no haber correspondido a tu amor, pero sabrás entender, pero tu petición es una gran responsabilidad para nosotros.
-Por favor Milord, se los ruego.
Luego de dirigir su mirada a mi y yo asentir,  seguido de un profundo suspiro, continuó
-Esta bien, te prometemos que cuidaremos de tu hijo, pero el llevará tu apellido, aunque será tratado como nuestro hijo, tu siempre serás su madre.
-Llevará tu nombre, para que el esté orgulloso de ser tu hijo, y te aseguro que hará grande a tu nombre, lo criaremos con todo el amor y tendrá una gran vida, te lo prometo.- agregando a lo dicho por William.
-Gracias se que crecerá con tu amor y Milord lo guiará para que sea un gran hombre, con eso es suficiente para descansar en paz.



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Discúlpenme por demorar las publicaciones de mis capítulos, pero acá estoy de vuelta, gracias por seguir mi historia.

LA SOMBRA DE UN AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora