CAPITULO XXXVII

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Era la mañana, había enviado a Joseph por la Señora Masson y su hermana, momentáneamente las instalaría en la casa, estaba ansioso por ver la reacción de Iris cuando la vea llegar, estaba dispuesto a enfrentarlas y así tirar abajo toda su maraña de mentiras, pero eso era solo el comienzo, mi gran objetivo era Lord Carter, tenía que recuperar a Helena y por fin tenía todo a mi favor, las pruebas de todos sus engaños hablaban por sí solas, este par se llevará la sorpresa de su vida.
Era la tarde, estaba en mi despacho, reclinado en el sillón de mi escritorio, observando hacia la ventana, había mandado a llamar a Iris, quien entró con una enorme sonrisa de satisfacción en el rostro, la que no le durará mucho.
-Permiso Señor, me mandó a llamar?
-Así es,... pero pasa y siéntate,... tenemos que hablar, en poco tiempo se empezará a notar tu embarazo y hay que resolver la situación de tu hijo.
-Nuestro hijo- aseguró
-Estás realmente segura, que ese niño es mio?
-Por supuesto, usted ha sido el único hombre con quien he estado, en los últimos meses. Mi hijo es su heredero.
-Mira Iris, te doy la oportunidad de que aquí y ahora, me digas la verdad, si sigues afirmando que es mio, no habrá vuelta atrás con mi decisión.
-Como le dije, es su heredero.
Me puse de pie, caminé hacia la ventana mientras observaba los últimos rayos de sol, di la orden
-Joseph puedes pasar! - mientras me giraba para disfrutar de la expresión de Iris.
La puerta se abrió y en vez de él, entró tímidamente aquella Señora, en ese momento el rostro de Iris palideció de repente y su expresión pasó de satisfacción a temor, y con un movimiento brusco se puso de pie buscando huir de aquella situación.
- Pase Señora Masson, tome asiento por favor, creo y a juzgar por la reacción de la Señorita, que ustedes ya se conocían.
-Si,...creo que nos hemos cruzado en el mercado- dijo Iris un poco nerviosa
-No Señorita, siempre que nos hemos visto ha sido en casa de Lord Carter, o ya se le olvidó que fué él, quien la sacó de aquel burdel, la llevó a la casa y cuando se cansó de usted, decidió usarla para que sedujera a su Excelencia, y como si eso fuera poco, usó su embarazo para perjudicar la relación con Lady Helena, sabiendo que ese niño era de él, yo misma los escuché.
-Queee....eso...está mintiendo... todo es mentira!!! Usted...William... por favor, no creerás lo que dice- dijo mientras lloraba desesperada y me tomaba del brazo.
La miré soltando su agarre - Te di la oportunidad de que tu misma me dijeras la verdad, ahora es muy tarde, tengo las pruebas y el testimonio de la Señora Masson, todo fue planeado por ambos, todo desde el principio!! ¡¿Porqué?! ... Quiero que  juntes tus cosas y salgas inmediatamente de mi casa.
-Véte!!! Ah, no se te ocurra tratar de advertirle a tu cómplice, porque te aseguro que no tendré piedad.
Al verla salir de mi despacho le pedí a Joseph, que se asegurara que ella se fuera de aquí y que no pueda advertirle a Carter.
-Señora Masson, como ya le había dicho estaré siempre en deuda con usted, de ahora en más, yo velare por su bienestar y el de su hermana.
-Gracias Excelencia, cuenta con toda mi lealtad y espero que esto lo ayude a recuperar a la Señorita Helena antes que cometa la locura de casarse con ese hombre vil.
-Le aseguro que la voy a recuperar como sea.
Nos dirigíamos en mi carruaje a la residencia Richmond, en compañía de Joseph, con la esperanza de que allí se encontrara ese hombre que se había encargado de elaborar todo un plan, para quedarse con la mujer que amo, pero hoy me iba a ocupar de ponerlo en evidencia frente a todos.
Llegamos y el mayordomo me informó que la familia estaba en el comedor con Lord Carter,  era obvio que Iris no tuvo tiempo de advertirle, eso me llenaba de satisfacción, estaba a un paso de desenmascarar a ese cretino.
-Por favor, puede anunciarle a su señor, con discreción, que el Duque Wellington necesita verlo en privado, con suma urgencia.
-Enseguida Excelencia.
Esos segundos se me hacían eternos, de repente mi paciencia y caballerosidad, dieron paso a mis impulsos e irrumpi en el comedor
-Pero que significa esto?- dijo Lord Carter -¡Lord Richmond! Creo que es una falta de respeto, que usted reciba a este hombre, cuando yo, su futuro yerno estoy aquí.
-¿Perdón? -dijo el Conde - Este es mi hogar y en él puedo recibir a quien quiera, aun estando usted presente y si eso no le agrada, se puede retirar.
-Permítame contradecirlo, Lord Richmond, le aseguro que es necesario que el Señor se quede, ya que lo que tengo que decir, lo implica- dije mirando fijamente hacia Lord Carter.
Todos incluso Helena, me observaban asombrados.
-Joseph! Dame los documentos. Los tomé y se los entregue al Conde
-Aquí están todos los negocios que su futuro yerno dice tener, allí están detallados cada uno de sus movimientos, como verá tiene más deudas que posesiones, pero lo más interesante de todo, es a quien le debe tanto dinero, sus principales deudas son de juego y un gran porcentaje le debe a Madame Violet.
-Esto es... una vil...mentira!- dijo con la voz entrecortada
-No, todo está documentado y las fechas para saldar dichas deudas, casualmente son posteriores a tu matrimonio con Lady Helena.
-¿Pensabas que yo te daría todo este dinero, una vez que te casaras con mi hija?- dijo el Conde
-No Señor, le juro que todo es para desprestigiarme, para que no permita casarme con su hija, le aseguro que mis sentimientos por ella son legítimos.
-¿Legítimos? Claro es por eso que el hijo que espera Iris es tuyo y no mio como hiciste creer a todos, sabias que eso la alejaría de mi y lo usaste a tu favor.
-¿Qué?- dijo Helena, como aturdida por la confusión.
-No le creas, es un cobarde, hace todo esto porque tu me elegiste a mi y no pudo soportarlo, por eso inventa esto- dijo acercándose a Helena, buscando su respaldo.- Esto es para que no puedas casarte conmigo, no lo permitas.
-¡Basta ya!- dijo Helena - En las circunstancias actuales no puedo casarme con usted! - dijo entre sollozos mientras todos observábamos la deprimente escena que hacía Lord Carter, suplicando.
-¡Por favor Helena, no me hagas esto!- dijo entre ruegos.
-Es que... no puedo- dijo rompiendo en llanto - Es porque... ¡Estoy embarazada!
Lord Richmond se dejó caer en su silla, llevando sus manos a la cabeza, sus hermanos, dirigieron sus miradas hacia mi, Lady Christine se acercó a abrazar y contener a su hija y yo no podía asimilar lo que acababa de escuchar.
-¡Helena! - ¿Entonces?...
-Si, estoy esperando un hijo tuyo- dijo entre lágrimas.
De inmediato todo se volvió un caos, Lord Carter estaba como en otro mundo y cuando todos se me venían encima, Helena se interpuso.
-¡No! ¡Yo lo seduje!- dijo a todos
-¿Qué?- dijo su padre
-Si, no podía soportar casarme con ese hombre al que no amo, sin haber conocido el amor,...entonces decidí entregarme a William, sin importar las consecuencias.
-¿Y tu creiste que no me daría cuenta? - dijo Lord Carter
-No, sabía que lo notarias en nuestra primera noche, pero no me importaba, ya sería de William.
-Eres una r...
Lo golpeé antes que pudiera terminar la frase, no le permitiría que se refiriera de esa forma a ella.
-No te permito que hables así de ella, cretino.- dije mientras el tocaba su mandíbula.
Entonces me voltee y me apresuré a estrechar en mis brazos a mi dulce Helena, mientras limpiaba con mis manos las lágrimas de su rostro, la miré a los ojos y la abracé lo más fuerte posible. Esta dama había demostrado su valentía frente a todos.
Mientras consolaba a mi amada, escuché que el Conde echó a Lord Carter seguido de varias advertencias, luego se acercó a mí.
-Ahora, usted, acompañeme a mi despacho- dijo en tono serio y lo seguí.

LA SOMBRA DE UN AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora