CAPÍTULO EXTRA III |OJOS MARRONES|

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DORIAN

Mi día estaba arruinado gracias a que mi padre volvió a llamarme para repetirme que “era un estorbo en su vida”.

Y es que coño, quería quedarme a dormir en mi cama y no salir de ahí, pero la vida continuaba.

Ingresé al aula y me fui a sentar al lado de las sillas donde mis amigos estaban.

—¿Mal día? —me preguntó Carlos y le di una mirada que lo hizo dejar de sonreír y girarse a Leonardo para hablar.

Ellos comenzaron a charlar de cosas que ni entendía, yo me recosté sobre mi pupitre para descansar mis ojos.

—Ve a esa que entró, no está guapa pero, tiene bonitas piernas—la voz de Leonardo me hizo alzar la cabeza hacia él, pero cuando iba a decir algo desapareció de mi vista.

Le resté importancia a lo sucedido y volví a mi posición.

Segundos después escuché una voz femenina hablando con los que estaban a mi alrededor pero tampoco me importó.

Escuché que Leonardo me hablaba así que levanté la cabeza.

No esperé encontrarme a una mujer de cabello corto, de piel morena clara y ojos…¿Marrones?

Iba a presentarme pero la miré hacia abajo y me encontré con la poca tela de su falda.

Genial, otra de ese tipo.

Su cara era casi tierna pero…me desvolunta su forma de vestir.

Le fruncí el ceño y regresé a mi posición de descanso.

De nuevo oí que ella habló, presentándose.

No quise ser grosero y le extendí mi mano.

Me quedé unos segundos más mirando su cara. Como Leonardo había mencionado, ella no era muy bonita. Sin embargo, sus ojos tenían algo que atraía. No sé si es el color marrón o la inseguridad y tristeza que cargaban. Le daba un aura frágil.

—Tus ojos, ¿De qué color son? —mi pregunta salió disparada antes de arrepentirme.

—S-son marrones, creo.

—Qué bien.

Puse mi cabeza de nuevo sobre el pupitre, y debajo de mis brazos que tapaban mi cara, sonreí.

***

Traté de lucir lo más chocante posible con ella, no quería que notara que había algo de ella que me agradaba.

Anne se dio cuenta de mis malos tratos pero no dejaba de lanzarme miraditas.

No era por alimentar mi ego pero, si yo quería podría tenerla a mis pies. Quizá lo que me transmite su mirada sea algo que me pareció atractivo y eso se convierta en un futuro, en un gusto, y eso luego nos lleve a tener una aventura de una noche.

Digo, no es la primera vez que me enredo con alguien por la que siento atracción y sólo me la llevo a la cama.

Unas horas más tarde

Logré escuchar que Daniel le ofrecía nuestra habitación a esa niña.

Me acerqué a ellos, dispuesto a decirle que no. Algo me dijo que me contuviera. Que no debía comportarme así.

Hace unas horas ella llegó llorando, desconsolada, y admito que me causó pena y quise preguntarle las razones y ayudarla. Sólo que esto ya era mucho.

¿Dormir en la habitación que me gustaba usar? No.

Tras una discusión breve con Daniel. Una idea se cruzó por mi mente. Una un tanto inusual.

—No puedes quedarte aquí, pero, ¿Porqué no compartes habitación conmigo?

Mi pregunta dejó descolocados a medio mundo, más a Daniel.

—¿Entonces? Si no quieres me da igual—me di media vuelta, con la intención de irme pero escuché que me respondió.

—S-sí quiero.

Sonreí victorioso.

Iba a tener premio doble: ayudar a una pobre niña, y tal vez de paso divertirme con ella.

***

Como supuse, ella se sorprendió porque en la habitación sólo había una cama.

—El lado derecho es mío—informé, y tras su silencio seguí hablando—¿Qué?, ¿Te impresiona sólo ver una cama?—cuestioné mientras le daba una mirada de fastidio.

Qué niña tan rara. Es un privilegio estar conmigo en mi habitación, en la misma cama.

—Si,bueno, es que yo pensé que...

—Todavía estás a tiempo de arrepentirte, ahí está la puerta—dije señalándola.

—N-no está bien, el lado izquierdo es el mío entonces— me dio una sonrisa falsa, tratando de fingir que no estaba incómoda.

—Que bueno que recapacitaste, no eres tan tonta como pareces.

Me arrepentí de llamarla así luego de haberlo dicho.

A pesar de sentirme mal por ser así con ella, volví a hablar:

—No tengo ninguna regla, aunque notando como eres...no me trates de sacar conversaciones, sólo dedícate a venir a dormir y ya está. No me interesa conocerte ni mucho menos que sepas sobre mi vida— le dejé en claro las condiciones mientras desaparecía dentro del baño.

Me miré a través del espejo y suspiré.

Una sonrisa se formó en mis labios, una sonrisa feliz.

De una u otra forma, que ella estuviera aquí me daba felicidad.

¿Porqué?

Anne no tiene nada de especial, no tiene algo que sea maravilloso. No es bonita, tiene buen cuerpo, sí, pero nada que sea impresionante…

Sus ojos marrones llegaron como una oleada de aire dentro de mis pensamientos. Aquel brillo que poseían junto con ese miedo e ingenuidad era una combinación perfecta. Sus ojos eran muy lindos.

Pasé mis manos por la cara, eliminando todo rastro de ilusión en mi cabeza.

¿Porqué de ella? No es especial.

«Lo que no te parece especial a simple vista es lo más atrayente de alguien porque tienes que mirarlo fijamente para encontrar lo etéreo en su belleza». Las palabras de mi abuela me confundieron un poco.

¿Eso es lo que debo hacer con Anne? ¿Fijarme en las pequeñas cosas que hace para comprobar que la belleza no siempre lo es todo y que puedes encontrar lo increíble en lo imperfecto?

Tras una introspección larga, llegué a la conclusión de que quizá pueda hacer una excepción con ella.
Puede que dentro de unos meses, eso valga la pena.

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~NOTA~

Otro extra sólo porque ya les dije: les agradezco que me estén apoyando en esta historia.

Pronto traeré otros extras de capítulos que se me hagan muy reveladores en la primera historia. Serán cortitos para que no se me saturen de cosas repetitivas.

Pero por ahora pararé con los extras, necesito que sepan lo que pasará con Annie luego de su desmayo repentino(ojo que les dejé spoilers en el capítulo 22).

Se les quiere, no lo olviden

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