Un mes después
DORIAN—¿Quieres darte prisa? Llegaremos tarde—me quejé por quinta vez consecutiva, pero Annie no paraba de darle besos a sus bendiciones—.Anne…
—Ya voy—me regañó y me senté en el sillón de la sala para esperar hasta que la señorita quisiera irse.
Y, como supuse, también se pasó a despedir de los cuatro idiotas que teníamos como amigos, de su mamá, de mis padres, de mi abuela…y de todo ser viviente que habitaba la casa. Quizá terminamos yéndonos dos horas después.
Me pasó a un lado y la seguí, era hora de irnos.
Ya habían pasado muchos días desde la agradable noticia de que el trasplante de médula ósea había resultado favorablemente para ella, así que como le prometí, hoy iríamos a nuestra playa.
No había olvidado mi promesa de que cuando ella se recuperara la iba a traer hasta acá, a nuestro lugar favorito, a el lugar que solo nosotros conocemos. Me demoré un mes en cumplir mi palabra, pero lo importante es que lo hice.
Anne corrió hasta la orilla del mar, iba descalza y con un vestido holgado de color rojo, el cual no tenía mangas sino tirantes. No estaba de acuerdo con su vestuario, el sol estaba pegando muy fuerte y eso podría afectarle, aún no estaba completamente sana, tenía que llevar más cuidados.
Caminé más rápido para llegar lo antes posible a ella. Cuando estuve cerca, la abracé por detrás y recargué mi mentón en su cabeza.
—¿Ya querías venir, cierto? —le pregunté y ella se volteó hacia mí.
—Sí. Extrañaba este lugar que me trae tantos recuerdos memorables .Es mi favorito.
—También el mío.
Entrecerró los ojos.
—Ahora que lo recuerdo… Daniel me contó que una vez mencionaste que traerías a la mujer de tu vida a este lugar, que no cualquiera lo merecía— sentí la garganta seca por los nervios. Tonto Daniel, ¿Porqué revelas mis secretos?
—Sí. Lo dije.
—Entonces…—eliminó la distancia que nos separaba—, ¿Soy la mujer de tu vida…,digna de ti?
—Eres mucho más que eso. Tú eres mi vida entera, por ti es que la vida no me resulta difícil de vivirla.
—¡Lo ves!
—Soy ciego, no puedo—ironicé y ella arrugó la nariz.
—No seas tonto. Me refería a que, ¿Te das cuenta de que cumplí mi objetivo?
—¿Cuál?
—De que te enamoras perdidamente de mí.
—Eres una egocéntrica.
—Sí, es que solo yo puedo presumir que el príncipe azul se enamoró de esta pobre plebeya—hizo una reverencia—. No hay mayor satisfacción que eso.
—Bueno, pero recurriste a bajas mañas.
—¿Yo?
—Sí.
—Eso es una calumnia, yo nunca…
—Tus besos me hicieron quedarme.
Sus mejillas se colorearon de rojo y las toqué sólo para sentir lo caliente que estaban.
—Desde la primera vez que te besé, creo que me hice el idiota…pero ahora puedo confesar que, desde ese día me enamoré de ti sin siquiera haberte desnudado.
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FUISTE TÚ PRIMERO
Fiksi RemajaEn toda historia como en la vida, existen dos versiones. No es fácil identificar cuál es la verdadera, pero puede que las dos sean reales dependiendo de la persona que se la crea. ¿Hay algo de malo en eso? Probablemente sí, porque a veces, sin quere...