CAPÍTULO 9

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«Es por culpa de mi niñez, sabes. Nunca supe lo que era el amor».
~ Charles Bukowski.


DORIAN

Veía la lluvia caer mientras tomaba otro trago de wizky, ya ni siquiera distinguía su sabor, desde hace dos horas dejé de sentirlo, mis pupilas gustativas se entumecieron.Me gustaría que también mis pensamientos se quedaran congelados por un instante, sólo por unos segundos.

Han pasado tres días, tres días en los que no duermo bien y que trato de portar mi mejor máscara para proteger a Anne.

Ella no sabe que está embarazada, y no se lo diré hasta que sea el momento adecuado. Aunque, ya veo muy lejos que ese momento llegue porque aún le falta su tratamiento antipsicótico, del que es muy probable medicarla.

Mientras las gotas traslúcidas caían del cielo, me limité a observar por la ventana de la cocina. Estaba de nuevo solo. Anne dormía y, los demás tenían que volver a sus respectivos países por las vacaciones, ellos necesitaban estar con su familia.

Pero, de ellos el que se marchó por cuenta propia fue Daniel.

Lo hizo después de enterarse de que Anne estaba embarazada.

Todavía duele lo que me dijo ese día que decidió cruzar esa puerta sin una promesa de volver.

—¿Embarazada?... —repitió incrédulo, se volteó a mí, empuñó en una pelota la hoja y me la aventó en la cara— ¡¿Embarazada?! ¡¿Cómo te atreviste?!...eres un maldito egoísta.

Me dio un empujón violento y me tomó del cuello de la camisa.

—¡¿Por qué te atreviste a embarazarla en ese estado?! Ella no está bien, no debiste…—puse mis manos encima de las suyas para quitarlas de mi camisa.

—Cálmate, Daniel. Esto tiene solución…

—¿De qué coño estás hablando?, ella no está bien—replicó—. Fuiste tan hijueputa al hacerlo, ¿No pudiste aguantar tus malditas ganas o desquitarlas con alguna de esas con las que te enrollabas?...eres un...

—¡Basta! —intervinió Leonardo—. No tienes ningún derecho de agredir a Dorian…

—Tú no te metas—le advirtió Daniel y se volvió a mí—. Espero que interrumpas esto si no quieres que después, cuando pase más tiempo ya no puedas hacer nada y…

—¿Por qué te pones así?, ¿Es porque te parece incorrecto o porque te duele que después de esto no me pueda alejar de ella? —inquirí de malos modos.

Me arrepentí luego de hacerlo pero, ¿Quién había dañado a quién primero?

Daniel me dio una expresión dolido y lleno de rabia, su mirada lo hacía ver como si de verdad me odiara.

—Jódete…¿Y sabes qué?, No volveré a buscarte para nada—dijo por último antes de caminar hacia las escaleras.

Minutos más tarde, él ya se encontraba bajando por los escalones de la escaleras con una maleta en la mano.

FUISTE TÚ PRIMERODonde viven las historias. Descúbrelo ahora