Jimin había notado un cambio considerable en la actitud de Jungkook los últimos días, parecía como si estuviera evitando hablarle a toda costa e incluso notaba que el pelinegro ni siquiera lo miraba directamente a los ojos, ni tampoco contestaba ni actuaba como antes.
El cambio era muy obvio y había sido muy drástico.
Y eso entristecía al rubio.
Le entristecía sentirse ignorado.
Como aquella ocasión donde se encontraba cortando algunas azucenas del jardín y vio que Jungkook caminaba hacia la entrada del edificio para pasar al apartamento, Jimin le habló y este solo le dedicó unas palabras monótonas y una sonrisa seca.
— ¡Mira, Jungkook! ¡Más azucenas!— expresó el rubio con emoción.
— Que bien...— dijo el pelinegro mientras abría la puerta del edificio y entraba sin decir nada más.
Dejando a Jimin con un dolor en su pecho.
No puede ser...
El rubio miró las azucenas y las tiró de regreso en el jardín mientras reprimía sus ganas de soltar unas lágrimas al saber que Jungkook seguía con esa actitud.
¿Qué había pasado?
¿Por qué de un día para otro Jungkook había cambiado?
Jimin se sentó en la acera del edificio moviendo sus pies sin ganas y mirando hacia el suelo, buscando una respuesta a sus preguntas.
— ¿Otra vez triste, Jimin?—
Y una vez más, se encontró con la anciana de su piso, a un lado de él, mirándolo con rostro preocupado.
Cualquier otra persona se asustaría de que su presencia saliera de la nada, pero a Jimin no le daba miedo, solo sorpresa.
— Estoy triste.— confirmó.
La anciana asintió con la cabeza y soltó un suspiro.
— Yo confió en Jungkook pero... no quiero que sufras, no quiero que vuelva a suceder lo de la última vez...— afirmó la anciana con mirada seria. — Sí necesitas usar el deseo, debes de...
Pero Jimin no tenía ánimos de escuchar nada de nadie, y menos acerca de algo que él no entendía.
Así que sólo le dedicó una mirada a la anciana y se levantó del lugar metiéndose al apartamento, dejándola ahí.
A la mañana siguiente, las cosas no cambiaron mucho; Jimin miraba a Jungkook atentamente mientras desayunaban, el pelinegro observaba su plato mientras comía y no decía ni una palabra.
Jimin tenía una mueca en su rostro y ladeaba su cabeza tratando de descifrar una vez más, la actitud del sastre.
Jungkook terminó de comer sus hotcakes y de tomar su vaso de leche así que se levantó de la silla y se dirigió al fregadero para lavar sus trastes que había utilizado.
Jimin soltó un suspiro y dejó su tenedor a un lado, poniendo ambas manos en sus mejillas.
— ¿Jungkook?— preguntó mirándolo, un poco cansado.
— Si, dime— respondió el pelinegro sin mirarlo, prestándole mucha atención a los trastes.
— ¿Estás bien?
— De maravilla— respondió nuevamente dándole una mirada fugaz.
El rubio no se quedó conforme con eso, realmente sentía que el pelinegro se estaba alejando de él y no le gustaba eso para nada.
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Títere - Kookmin (+18)
Fantasy"Sí yo jalo de sus cuerdas mi títere me sonríe, sí yo jalo de sus cuerdas me abraza y juega conmigo. Mi títere me alienta y me habla, mi títere me hace sentir acompañado... me hace sentir amado y siento que por primera vez alguien me escucha de verd...