Epílogo

13.5K 1.7K 997
                                    




— ¡Sean todos bienvenidos a nuestra vigésima brigada de "Sembrando una vida"!— comentó con entusiasmo el señor Gong, dueño del edificio antes de pasarle el micrófono a su esposa.

— Por favor, vayan identificando los lugares donde serán plantados los árboles, recuerden que los niños podrán participar plantando pequeñas macetas para el jardín principal, además, nosotros trajimos muchas palas por sí olvidaron las suyas, así que ¡manos a la obra!— señaló con entusiasmo la señora Hyun.

Después de aquellos anuncios, todos los vecinos del edificio comenzaron a cargar tierra en carretillas, así como tomar palas para realizar los agujeros y comenzar a plantar los árboles que desearan.

Una niña castaña de aproximadamente 11 años edad sujetaba a su perro de la correa mientras buscaba por todos lados a su hermano menor.

Caminó por un par de minutos en los alrededores del parque hasta encontrar al susudicho saliendo del baño que se encontraba un tanto lejano de donde se estaban llevando a cabo las actividades.

— ¡Mingukk!— puso una mano sobre su cintura— Ahí estás, me estaba comenzando a asustar porque no te veía por ningún lado. 

El niño pelinegro de nombre Mingukk le sonrió a su hermana.

— Mimi, pero sí ya tengo 7 años. No soy un bebé.— hizo un puchero inflando sus mejillas. 

— Eso lo sé, pero de todos modos debes de avisarnos a dónde vas.

El pequeño Mingukk se acercó para acariciar a su perro.

— Lo siento, Mimi.— ladeó su cabeza hacia su mascota.— Tú también crees que mi hermana exageró, ¿verdad, Bam? 

La niña solo rodó los ojos y soltó un suspiro. 

— Ven, tenemos que comenzar a plantar las macetas.

— ¡Genial! ¡El último en llegar no se comerá el último pastelito del refrigerador! 

Los niños se sonrieron cómplices y comenzaron a correr de regreso hacia donde estaban los demás, dejaron que Bam jugueteara con las mangueras que sacaban agua mientras ellos tomaban sus respectivas macetas y se dirigían al lugar asignado para comenzar a plantar.

Mingukk en su afán por ser el más rápido y plantar muchas macetitas, corrió sin darse cuenta que había una rama incrustada en el pasto, tropezándose con ella y haciendo que la maceta que tenía en sus manos se cayera y se rompiera.

No pudo evitar hacer un puchero.

Se sintió muy torpe.

Se incorporó un poco, quedándose sobre sus rodillas y sorbió su nariz aguantando las lágrimas hasta que sintió a una persona llegar hacia él debido a la sombra que cubrió su pequeño cuerpo.

El pequeño pelinegro alzó la mirada y cuando vio de quién se trataba, no pudo evitar llorar.

— Perdóname, papi.— se cubrió los ojos mientras las lágrimas continuaban recorriendo sus grandes y adorables mejillas.— Yo no quería que se me cayera.

Jungkook se agachó para ponerse a la altura de su hijo y puso una palma sobre su cabeza, acariciándolo de un lado a otro.

— Hey, Mingukk. No te preocupes, fue un accidente.— comentó de forma serena. 

— P-pero, p-pero yo tuve la culpa— el pequeño niño comenzó a soltar hipos.— N-no me fijé p-por estar corriendo.

El pelinegro ladeó la cabeza y le regaló una sonrisa. — Entiendo que te sientas triste.— tomó a su hijo en brazos y lo levantó, sentándolo en su brazo a lo que el niño lo sujetó por el cuello. 

Títere - Kookmin (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora