Capítulo 44

8.4K 1.3K 262
                                    

Muchos años atrás...



Dolly.

Ese fue su primer nombre.

Antes de Jungkook, Jimin fue títere de alguien más.

Fue títere de la persona más cruel, despiadada y enferma del mundo, de alguien que solo le provocó dolor y sufrimiento.

Pero, ¿cómo fue que llegó a vivir algo así? 

¿Cómo fue que llegó a manos de él?

Muy simple.

Seung Lee era un niño que vivía la mayor parte del tiempo solo, bueno, con su niñera, ya que sus padres siempre se encontraban de viaje y realmente no le prestaban mucha atención, ni siquiera cuando, en las pocas veces que se encontraban en casa, este les enseñaba sus dibujos o alguna otra cosa que había hecho y logrado por sí mismo ya que ellos simplemente lo ignoraban.

Y eso lo deprimía bastante. Se sentía solo, sentía que no valía lo suficiente para ellos.

Y gracias a eso comenzó a tornarse un poco... difícil.

Un día, su niñera decidió llevarlo al parque que se encontraba a un par de calles de su residencia, esto para que el pequeño se pudiera distraer un poco y no estuviera pensando tan negativamente sobre su vida todo el tiempo, no era sano y ciertamente un niño de 9 años no debería estar pensando en cosas un tanto inadecuadas, por ejemplo, querer golpear y magullar objetos.

Lee se encontraba meciéndose de forma aburrida en el columpio mientras su niñera leía un libro sentada en una banca, de pronto, una anciana se sentó en el columpio vecino y comenzó a mecerse a la par del niño, este únicamente la ignoró y continuó con lo suyo hasta que después de un par de minutos la mujer se levantó y de su enorme abrigo, sacó un títere de madera y se lo ofreció.

— Necesitas de un amigo, ¿verdad?— preguntó la mujer.

El pelinegro ignoró la pregunta y solo se dedicó a observar lo precioso que era ese muñeco, por lo que no dudó en tomarlo entre sus manos.

El títere tenía ojitos cafés, cabello oscuro como la noche y un trajecito que consistía en una camisa blanca fajada entre el short de tela y un moñito en su cuello como adorno, calcetitas blancas y zapatos negros.

Precioso.

Simplemente precioso.

— Los títeres son la mejor compañía que cualquier niño pudiera desear. Los puedes mover a tu gusto, sus brazos, sus piernas, su boca... ellos siempre hacen lo que tú quieres. Lo prometo.— explicó suavemente.

— ¿Lo que yo quiera?— quiso saber el infante mientras seguía admirando a aquella preciosidad que tenía en sus manos y cuando alzó la mirada hacia aquella mujer para tener una respuesta, esta había desaparecido.

Miró hacia todos los lados con el ceño fruncido preguntándose cómo se había marchado tan rápido aquella persona, pero se alzó de hombros restándole importancia y decidió enfocarse en su títere.

— Te llamaré... Dolly.

Lee encontró la felicidad desde aquel día, como le encantaba jugar con Dolly a lo que fuera, se reía, se divertía, se sentía acompañado.

Y así continuó creciendo con su títere como prioridad principal.

Realmente nada en su vida cambió, al menos no hasta que cumplió la mayoría de edad y decidió independizarse, dejando atrás a sus padres una vez que terminó la escuela, comenzando así a trabajar y a ahorrar dinero para crear Nascita, convirtiéndose en millonario desde muy joven.

Títere - Kookmin (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora