Capítulo Final Parte II

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1082 días después.



2 horas antes del reencuentro.



La luz del sol alumbraba por completo la habitación, tanto así que aquellos rayos iluminaron el rostro del joven rubio que se encontraba dormido, haciendo que gruñera un poco y se tapara la cara con sus manos. El ruido proveniente de la calle terminó por despertarlo, se talló el rostro y de forma desordenada, tomó el reloj que tenía en su mesita de noche viendo la hora con un solo ojo.

Y de pronto...

— ¡Oh por Dios! ¡Ya se me hizo tarde!

Jimin se levantó de la cama rápidamente y trató de quitarse las cobijas enredadas en sus pies mientras saltaba y se dirigía al baño.

— ¡Rápido, Jimin! ¡Rápido!— se decía así mismo. 

Una vez que terminó de ducharse, salió del baño con una toalla alrededor de su cintura y se dirigió al clóset para tomar aquel traje negro que había rentado hace tres días, especialmente para esta ocasión.

Se colocó sus prendas y regresó al baño para mirarse al espejo y peinar su cabello hacia atrás, dejando que un pequeño mechón dorado cayera sobre su frente.

— Vamos, vamos, date prisa.

Salió de la habitación y automáticamente fue recibido por su grande y ya adulto doberman, saludándolo y poniendo sus largas patas sobre sus muslos y moviendo la colita de un lado hacia otro.

— ¡Buenos días, Bam!— saludó con entusiasmo.— ¡Hoy es el gran día! ¿No estás emocionado? Sigo sin poder creerlo.

Acarició un par de veces a su amada mascota para después dirigirse a la cocina, lavarse las manos y prepararse unos huevos fritos con una tostada y de igual forma, darle sus respectivos alimentos a Bam.

Luego de unos rápidos 10 minutos, Jimin cerró la puerta de la habitación y se acercó a la mesita que se encontraba a un lado del sofá para tomar la correa del doberman y colocársela al igual que tomar una mochila con una de sus manos.

— Bien, te llevaré al hotel de mascotas, ¿lo recuerdas?— el doberman le ladró en primera estancia y luego soltó un pequeño chillido.— No me hagas esas caritas.— el rubio se agachó y le sobó la cabeza.— No puedo llevarte conmigo a mi ceremonia de graduación Bam, sabes que no me dejan. Además, prefiero llevarte allá y que hagas nuevos amigos. 

El perrito no le quedó de otra más que soltar un suspiro desde su garganta haciendo reír a Jimin.

— ¡Te irá bien! No tardaré en pasar por ti, ¿de acuerdo?

Con eso último, Jimin salió del apartamento y comenzó a caminar sobre el pasillo.

— ¡Woah! ¡Te ves estupendo, Jimin!— una de sus tan queridas vecinas lo saludó con entusiasmo, admirando lo elegante y guapo que se veía con su traje.

— ¡Muchas gracias, señora Hyun!— se inclinó levemente.

— Tú siempre tan lindo, muchas felicidades por tu graduación, Jimin.

— ¡Nuevamente, gracias!

El rubio asintió orgulloso.

Y es que sí.

Títere - Kookmin (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora