Capítulo 33

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— ¡Jimin, pedido a la mesa 4!

— ¡Jimin, acá necesitan más café!

— ¡Jimin, servilletas!

— ¡Jimin, se vomitaron!

Oh Dios mío.

Eran a penas las tres de la tarde y Nascita se encontraba ya abarrotado de personas de todas las edades posibles, era increíble cómo continuaban llegando clientes en cada momento a pesar de ser inicio de semana que son, en su mayoría, los días más flojos de trabajo para cualquier establecimiento.

Jimin tenía ya un par de días trabajando para la cafetería, pero aún le faltaba más tiempo para adaptarse y continuar aprendiendo sobre el trabajo dentro del lugar, afortunadamente tenía a su lado a Hoseok, quién continuaba alentándolo y enseñándole lo necesario para poder cumplir con cada una de sus actividades, incluso en los días más caóticos como estos.

— Espero hayan disfrutado de su postre.— sonrió el rubio a un par de clientes mientras recogía sus platos y caminaba de regreso rápidamente.

— ¡Jimin, orden #89, por favor prepárala!

Jimin soltó un suspiro mientras escuchaba aquello, entró a la cocina donde se lavaban los trastes y dejó lo que tenía en manos para dirigirse a la barra y preparar lo ordenado, no sin antes sobar un poco su muslo para continuar caminando lo más rápido que su pierna le permitía.

Se acercó a la barra y tomó el papelito que le habían dejado observando que la orden trataba de dos frappés de Cookies & Cream.

Sacó todos los ingredientes necesarios y los colocó de acuerdo a como le habían dicho dentro de la licuadora, pero cuando la prendió...

— ¡AH! —

Ante el grito, todo el mundo volteó a ver a Jimin, y es que este había olvidado poner la tapadera de la licuadora por lo que todos los ingredientes le saltaron encima, manchando su cara y su playera del uniforme.

Hoseok corrió a ayudarlo mientras Jimin se quitaba las galletas oreo de los ojos y observaba lo sucia que había quedado su playera, miró al pelirrojo con cara afligida, pero este solo le sonrió tiernamente.

— A todos nos pasa alguna vez, Jiminie. No te preocupes.— comentó con gentileza mientras tomaba un pedazo de galleta de su mejilla para llevársela a la boca.— Ve a lavarte la cara, yo termino de hacer la orden.—

El rubio asintió y se dirigió al baño a hacer lo propio.

Luego de un par de horas, la clientela comenzó a despejarse, dándole la oportunidad a los empleados de tomar un ligero descanso o almorzar algo para aguantar el resto de la jornada.

Cuando el último cliente del momento salió por la puerta, el gerente aprovechó para reunir a todos, dando una serie de aplausos captando la atención de los trabajadores.

— ¡Equipo Nascita! Por favor, acérquense. Los necesito reunidos por un segundo.—

Todos se miraron expectantes y comenzaron a caminar, rodeando al gerente para escuchar que era lo que tenía que decir.

El señor Yoon carraspeó su garganta y sonrió. — Bueno, me acaban de informar que en un par de minutos viene a visitarnos nada más y nada menos que el joven heredero de Nascita, el joven Cha.—

Murmullos y caras fastidiadas comenzaron a reflejarse dentro del lugar, Jimin volteó a ver a sus compañeros con las cejas alzadas al desconocer el porqué de su reacción.

— ¡Hey, silencio!— espetó el señor.— Ustedes conocen muy bien al joven Cha, por lo que tienen que asegurarse de que todo esté en orden, que los clientes estén satisfechos en cada momento y que todo esté limpio. No todos los días viene el heredero a visitarnos así que no olviden dar lo mejor de sí. ¿De acuerdo?—

Títere - Kookmin (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora