Capítulo 24

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Capítulo dedicado a Wonder y a su Autora




La vida funciona de forma muy curiosa, ¿cierto? Existe mucha gente que entra y sale de tu vida sin previo aviso, sin que podamos controlar aquello, sin que podamos decidirlo.

Las personas pueden pasar contigo años, meses o inclusive solo un par de días, porque no tenemos nada seguro, por ello, es importante disfrutar de las personas cuando las tenemos a nuestro lado, en especial aquellas que nos hacen bien, que nos hacen sentir tranquilidad y que nos ofrecen cosas buenas; realmente la vida es muy corta para desperdiciar el tiempo y no estar con quienes amamos y nos aman de vuelta.

Jimin llegó a la vida de Jungkook gracias a un deseo que, sorpresivamente, se volvió realidad y con el objetivo meramente de satisfacer las necesidades del pelinegro, nada más. Ciertamente era lo único que le importaba, que su títere pudiera hablarle, pudiera escucharle y que pudiera tocarlo como él tantas veces lo había hecho consigo mismo...

Pero las cosas habían dado un giro trescientos sesenta grados, los planes cambiaron, la visión de Jungkook cambió y ese giro inesperado trajo consigo una serie de acontecimientos que llevaron al títere y al sastre hasta donde se encontraban ahora.

Bendito giro ¿cierto?

Jimin apareció ajeno a los deseos del pelinegro, ajeno a las circunstancias y situaciones vividas, pero, sobre todo, apareció con la oportunidad de vivir una vida como cualquier otra, de experimentar todo lo que el mundo le ofrecía.

Y sin querer, se fue metiendo en el corazón de Jungkook, no hubo aviso alguno, no hubo alguna advertencia y, de igual forma, su propio corazón estaba siendo ocupado por el pelinegro, ambos corazones latiendo y anhelando más de "eso" que estaban experimentando en este momento.

¿A esto se referían las personas cuando hablan del destino?

¿Acaso realmente fue obra del destino? ¿O solo fue casualidad?

¿Tener una respuesta a ello importaba? ¿Era relevante?

Para Jungkook, no.

No importaba en lo absoluto quién fuera el culpable de que ellos se reunieran en esta vida.

Solo le importaba Jimin.

Y la paz y tranquilidad que sentía al estar cerca de él.

Y lo mucho que quería hacer las cosas bien.

Eso era lo único importante.

Mientras el pelinegro continuaba besando los labios gruesos de Jimin, bajo la luz de la luna y escuchando todas aquellas melodías provenientes de la fiesta, muchos pensamientos cruzaron por su mente, pero en especial, tenía una sensación de pura y sincera dicha que le estaba aplastando el pecho con fuerza y que comenzaba a dolerle.

Dolía porque él jamás se imaginó sentirse feliz.

La felicidad era algo que estaba fuera de su alcance desde que era un niño pero que ahora era capaz de sentirla en todo su esplendor.

Y por ello, una lágrima más fue derramada, pasando por su mejilla y llegando hasta sus labios, justamente en el momento que el rubio abrió su boca gracias al movimiento durante el beso, pudiendo probar aquella gotita salada y separándose de Jungkook en un chasquido por la humedad de sus labios para saber de qué se trataba aquello.

Jimin encontró en la mirada del pelinegro muchas más lágrimas que amenazaban por salir y recorrer el camino necesario sobre aquella piel, no pudo evitar preocuparse y más cuando Jungkook comenzó a agitarse y a retroceder tratando de agarrar aire porque todo esto era abrumador.

Títere - Kookmin (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora