Capítulo 28

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El pelinegro acomodó sus anteojos empujando el puente de los mismos mientras dejaba la camisa azul en la que estaba trabajando sobre la mesa, soltó un suspiro y volteó a mirar el reloj de la sala y maldijo por lo bajo al darse cuenta que ya eran las diez de la noche y aún le faltaba mucho por terminar su trabajo.

Jodida mierda.

Y es que, desde que Areum tenía a su cargo la sastrería, le dejaba mucho trabajo extra, curiosamente, solo a él, Jungkook no podía terminar todos sus pendientes en el horario laboral por lo que tenía que llevárselos a casa.

Trabajar para Areum era una pesadilla, en especial por los berrinches y coqueteos que aún seguían por parte de la chica, el pelinegro estaba cansado, pero no podía darse el lujo de renunciar o algo por el estilo porque la paga en HYBE era bastante buena.

Jungkook se levantó de la silla para ir a la cocina, tomó un vaso y se sirvió agua del dispensador para luego recargarse en la barra de la cocina mientras sus pensamientos comenzaban a correr.

O más específico.

Sus pensamientos sobre dos cositas en particular comenzaban a correr: Jimin y sexo.

Y es que desde aquella ocasión en que Jimin se encerró en el cuarto luego de que Jungkook lo detuviera se había mostrado un poco (demasiado) pensativo en los días siguientes e incluso besaba al pelinegro con duda, como si tuviera miedo de que no pudiera ni besarlo.

Jungkook por supuesto, estaba haciendo mal al querer evadir tanto el tema, ya era momento de que entendiera por completo y sin dudar que Jimin era un hombre, y sobre todo un ser humano, por supuesto que iba a sentir todas aquellas sensaciones y emociones tarde o temprano.

Por supuesto que iba a llegar el momento en que Jimin quisiera conocer sobre el sexo.

Era completamente normal.

Y no podía negar que él también quería eso, quería dar el siguiente paso.

Pfff...

Pero Jungkook era una maraña por todo su enredo de pensamientos.

¿Debía solo acercarse y hablarlo?

¿O debería comenzar aquel acto lentamente?

— Yo nunca lo he hecho así...— pronunció más para sí mismo, y es que, efectivamente, él solo había tenido la oportunidad de follar, follar y follar... pero ahora era distinto y se sentía distinto.

Ahora tenía a alguien por quién velar y cuidar, incluso para el sexo.

Mierda.

Tomó otro trago de agua y dejó el vaso en el lavabo mientras escuchaba como alguien estaba tocando la puerta, frunció el ceño y comenzó a caminar hacia ella, preguntándose quién podría ser y más a esa hora.

Jungkook detuvo sus pasos cuando escuchó los propios de Jimin corriendo, giró su cabeza para ver al rubio saliendo del cuarto y dirigiéndose a la puerta para abrirla.

— ¡JIMIIIIIIIIIIIIN!.— saludó Yoongi entrando al apartamento y abrazando a su amigo. — ¡Te ves muy bien! ¿Estás listo?—

Jimin asintió con la cabeza luego de separarse del abrazo.

Se giró a ver a Jungkook quién se estaba acercando a ellos con su lengua golpeando su mejilla y con los brazos cruzados.

— Ah, hola.— soltó Yoongi moviendo su mano.—

— Ah, hola.— repitió Jungkook con una sonrisa falsa.— ¿Me perdí de algo?— preguntó observando al pelinegro aún con aquella sonrisa.

Dios, jamás le caería bien ese melenudo.

Títere - Kookmin (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora