CAPÍTULO 9: ¡MAMÁ!

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FORT

Muy temprano por la mañana escuché la voz de P'Noeul seguida por la voz de mi madre. Una vez más habían madrugado y despertado mucho antes que yo.

- Buenos días – dije apenas entre en la cocina.

Los vi darse la vuelta apenas escucharon mi voz.

- Buenos días – respondieron a una sola voz.

P'Noeul me regalo una sonrisa y cuando creí que me perdería en su dulce mirada, mi madre ordenó que llevara los platos hasta la mesa del comedor. Durante el desayuno, mi madre no dejaba de repetirme lo tarde que era y que debía de estar listo lo antes posible sino no tendría la oportunidad de llegar a tiempo a la ceremonia de graduación.

Noeul se rio por debajo como si le causara tanta gracia que mi madre me regañara por enésima vez. Él ya se encontraba vestido con su uniforme universitario muy bien planchado y lavaba los platos en el fregadero cuando salí de mi habitación. Miré hacia los lados dos o tres veces, asegurándome que mi madre no estuviera cerca, para pasar mis brazos por su delgada cintura, apegándolo a mi cuerpo y sintiendo el calor de su espalda.

- Fort! – me advirtió muy bajito, tratando de librase de mis brazos y mirando hacia todos lados con miedo de que mi madre nos descubriera.

"Te amo"

Murmuré antes de alejarme con una sonrisa traviesa y observando su rostro asustado.

Miré la hora en el reloj frente al retrato de mi padre, iba diez minutos tarde. Corrimos hasta nuestras facultades apenas llegamos a la universidad. Mi madre tardaría en llegar, pero sabíamos que estaría aquí en cualquier momento.

- Fort! –

Escuché a P'Noeul llamarme por mi nombre y cuando me giré a verlo, P'Noeul estaba a dos metros de mí, así que agregó:

- Iré a recoger a tu madre a casa y volveré.

Asentí.

- Solo disfruta de la ceremonia, estaremos aquí lo antes posible.

Asentí una vez más, corriendo hasta la facultad.

La ceremonia de P'Noeul sería aún más tarde que la mía y eso nos permitiría disfrutar de la compañía del otro en un día tan especial como este. El día de un nuevo comienzo en nuestras vidas.

*

*

Dos horas. No, ya casi habían pasado tres horas y aún no había rastro de P'Noeul y mi madre. Marqué el número de teléfono una vez más y solo escuché el sonido de espera antes de que me mandara al buzón de voz.

A lo lejos vi una silueta conocida. La observé con cuidado dándome con la sorpresa de encontrarme con quien menos imaginaba.

- Hola Fort. – mencionó con la voz suave y algo cuidadosa, como si tuviera miedo de hablarme con naturalidad.

- Hola señor. — respondí. – mirando a los lados, esperando que P'Noeul y mi madre aparecieran.

- ¿Esperas a alguien? – preguntó.

Asentí, sin importancia.

- Felicidades por tu graduación – agregó, tendiéndome un gran ramo de rosas.

Me sentía confundido.

¿Por qué estaba aquí? ¿Cómo sabía que hoy era mi graduación?

Estuvo con las rosas tendidas en mi dirección por unos segundos, antes de mencionar:

NUNCA DEJES DE SONREIRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora