CAPITULO 20: ¡HUIR!

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PEAT

Apenas entré en mi habitación una gran sombra me esperaba dentro. Un escalofrió corrió por mi cuerpo, con el temor de encontrarme cara a cara con mi padre, pero al dar pasos pequeños y acercarme un poco más a la gran silueta pude deducir de quien se trataba.

— ¿Qué haces en mi habitación?

— Esperándote. – respondió con la voz grave.

Ignoré su presencia y caminé hasta el interruptor. Prendí la luz y lo miré a la cara, con una mirada retadora.

— ¿A dónde fuiste? ¿Por qué no me avisaste?

— No tengo porque avisarte todo – mencioné enojado.

Tin pareció tragarse las palabras que tenía en la boca, porque hizo una mueca y salió de mi habitación.

Exactamente no sabía cómo sentirme. La alegría que me había causado hablar con Fort se esfumó con el viento apenas pensé en Tin y su traición. No lograba entender porque me molestaba tanto la traición de Tin, si era algo que debía de esperar. Tin había sido empleado de mi padre mucho antes de conocernos. Era obvio la lealtad que le otorgaba.

Aun así, no podía dejar de pensar en las muchas veces que arriesgo su vida por mí. Las veces que me ayudó a escapar en secreto y las mentiras que había dicho solo por mí.

¿Acaso mi padre tenía razón?

Acaso me había acostumbrado a su compañía, acaso me había encariñado con un empleado ...

**

La mañana siguiente desperté con los fuertes golpes en mi puerta. Salté de la cama, caminé descalzo hasta la puerta, giré del seguro antes de abrir y encontrarme con Tin frente mío.

— ¿Qué haces aquí? — dije algo incomodo por la manera en que me había despertado tan temprano por la mañana.

— Señor. Su padre pidió verlo.

— Estaré ahí en un momento.

Tin asintió. Se dio media vuelta y desapareció.

Después de casi una hora, Salí de mi habitación y vi como todos los empleados corrían por los pasillos en casa de un lugar a otro. Nadie me miró a la cara, pero se detuvieron un segundo para inclinarse ante mi por respeto.

Seguí mi camino, hasta quedarme estático detrás de una de las columnas al ver a Win y Mok hablando.

— ¿Como conseguiste esas fotos? – preguntó Mok con algo de envidia en la voz.

— Haciendo mi trabajo – mencionó el otro con una sonrisa. – Tal vez si dejarás de molestar a Tin y te concentrarás en tu trabajo, hubieras logrado encontrar mucho más que yo. – agregó dándose la vuelta.

— El jefe esta muy satisfecho. Después de que trajeras las fotos de la persona con la que Khun Peat se encuentra en secreto, estoy seguro que serás su preferido y posiblemente ahora por fin elimine al idiota de Tin. Es un completo inútil. – agregó riendo.

— No me importa si Tin es destituido de su trabajo, solo me importa hacer bien mi trabajo. Y tú deberías hacer lo mismo. – respondió Win con una mueca.

— Claro que lo haré. Traeré a esa persona ante nuestro jefe. – agregó Mok con una sonrisa burlona.

¡No!

Las voces en mi cabeza se repetían la misma palabra. Mis manos comenzaron a temblar y el miedo se apodero de mí.

Di media vuelta, caminando a pasos largos con mucho miedo y desesperación. Si había algo que debía hacer en estos momentos era salvar a Fort. Corrí hasta la parte trasera del gran jardín y escalé sobre el muro. Apenas mis pies tocaron el piso, corrí en busca de Fort. Llamé por teléfono muchas veces, pero cuando por fin iba a darme por vencido Fort por fin contestó.

NUNCA DEJES DE SONREIRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora