CAPITULO 29: ¡PERDÓNAME!

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PEAT

Volver a casa nunca se había sentido más satisfactorio, pero ahora cada vez que volvía encontraba a Fort esperándome con una sonrisa y un abrazo apenas abría la puerta. Eso talvez era el final que siempre había querido para mi historia.

Y esta tarde Fort me recibió con un abrazo, aunque había algo diferente. Sus ojos oscuros me miraron con más dulzura de lo habitual y sus labios se curvaron en una leve sonrisa, antes de acercarse peligrosamente hacia mis labios.

Esto era un sueño.

Fue un suave beso, casi un pequeño roce que aceleró mi corazón.

— Te extrañe... ¿Por qué tardaste tanto en regresar a casa? — preguntó, mirándome a los ojos, mientras sus suaves manos acariciaban mis mejillas.

Desvié la mirada, mientras intentaba agachar la cabeza debido a la timidez que me envergaba.

— Hoy fue un día muy ocupado.

— Entonces deberías descansar. Siéntate aquí — dijo acercándome hasta el sillón y sentándose junto a mí.

Mis manos jugaron nerviosas con las suyas y mientras hablábamos de las cosas menos importantes en la vida, nos recostamos uno en el otro buscando que ningún centímetro nos distanciara más.

Fort parecía ser tan cálido. Y yo por mi lado intentaba ocultar un poco de mi desenfrenada admiración por cada pedazo de su ser. Estar juntos no bastaba, pero querer mucho más que esto, en si me convertía en alguien codicioso.

"¿Podía darme más que esto?"

Esa pregunta siempre estaba vagando dentro de mi cabeza.

Y aunque no quisiera admitirlo, yo sabía la respuesta.

Solo deseaba que Fort me diera cada vez un poco más. Quería todo de él.

**

El sonido de la clave siendo marcada en la puerta nos interrumpió. Lo miré por unos segundos y Fort me cuestionó con la mirada, antes de decir:

— ¿Esperas a alguien?

Negué.

Me levanté y casi corrí hasta la puerta.

Win se encontraba de pie, con la mirada perdida y los ojos rojos.

— ¿Qué te sucede? — pregunté a penas lo vi.

No respondió. Solo dio unos pequeños pasos, antes de abrazarme.

— Win... ¿Qué sucede? — agregué, posando las palmas de mis manos sobre su espalda. — vamos respóndeme. Winner ... Win-nn — susurré aún más preocupado.

— White...

— ¿Qué le sucedió?

— Llamaron del hospital. Su condición...

— Peat — La voz de Fort detrás mío, se escuchó apenas en un susurro.

Win se alejó apenas unos centímetros, agachando la cabeza, mientras se limpiaba las lágrimas con los puños.

— Debería irme. Volveré después. — agregó Win apenas me giré en dirección a donde se encontraba Fort, mirándonos con una extraña expresión en el rostro.

— Win — mencioné girándome otra vez en su dirección, pero este solo negó con la cabeza antes de cerrar la puerta. Dejándonos completamente solos.

NUNCA DEJES DE SONREIRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora