CAPITULO 21: ERES COMO LA LUNA

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FORT

Aún en la oscuridad, me detuve por un momento y observé la preocupación reflejada en el rostro de Peat. Por un instante mil preguntas quisieron escaparse de mi boca, pero sabía que, si no deseaba hablar de su padre, no debía insistir.

Nos sentamos juntos, observando las grandes olas ir y venir con más fuerza una de la otra, por un largo tiempo. Perdiendo así la noción del tiempo y de la realidad.

Mi corazón se oprimió por un segundo cuando recordé la sonrisa de P'Noeul y el brillo en sus ojos cada vez que miraba con anhelo el brillo de las estrellas en el cielo. Extrañamente hoy el cielo era de un azul oscuro, con nubes despejadas y grandes destellos de estrellas punzando en mi corazón.

*Flash back*

— ¡Mira! ¡Mira, como brillan, nuestras estrellas! Se ven hermosas, ¿verdad?

Asentí.

Las estrellas no son tan hermosas como tú, P'Noeul. – Dije con una sonrisa.

¡Ey!

¿Qué? — Pregunte. Como si no supiera que me estaba regañando otra vez.

La verdad creo que las estrellas no son bonitas.

¿Por qué? — volví a preguntar, ahora con duda.

Creo que las estrellas no son bonitas, porque tu sonrisa es más bonita.

P'Noeul –

La timidez gobernó en mí. El corazón se me aceleró y por un instante pensé que podría derretirme. Pero P'Noeul, no se detuvo.

Ni siquiera el brillo de las estrellas, brillan tanto como tú brillas ante mis ojos. Así que nunca dejes de sonreír, porque el día en que lo hagas, el brillo de las estrellas ya no será igual ante mis ojos.

P'Noeul, he caído. El brillo de mi sonrisa, solo te pertenece a ti. – dije con ternura, antes de tomar sus manos y besarlas con devoción. – Tal vez te lo haya dicho todo el tiempo, pero creo que debo repetírtelo mil veces más ... "Te amo ... te amo demasiado"

**

Los recuerdos eran cada vez más dolorosos.

Quise obligarme a olvidar, todo lo que me atormentaba. Pero incluso las estrellas, me recordaban a ti.

— ¿Fort?

— Umm? – murmuré al escuchar la voz de Peat hablarme, mientras aún miraba hacia el cielo.

— ¿En que piensas cuando ves las estrellas? ¿Te gustan mucho? ¿Son hermosas verdad?

Tragué duro, reprimí las lágrimas que se formaron en mis ojos y respondí.

— No. No me gustan las estrellas.

Peat se giró para verme con curiosidad. Sus ojos brillaban con intensidad e hizo un pequeño gesto con la boca, antes de preguntar:

— ¿Por qué no te gustan?

— No lo se. Tal vez solo me causan tristeza.

— ¿Tristeza?

Asentí.

— Cuando veo aquellos pequeños destellos, algo dentro de mi duele. ¿Nunca has sentido eso?

NUNCA DEJES DE SONREIRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora