CAPITULO 27: VOLVERNOS A ENCONTRAR

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FORT

El sonido de una voz conocida se escuchó detrás de mí. Mis manos temblaron y mi cuerpo estático, luchó por moverse y huir de ahí.

— ¡FORT!

Volví a escuchar mi nombre en una entonación más fuerte que la anterior. Como si el dueño de aquella voz, hubiera hablado lo suficientemente despacio para no escucharlo y que tuviera la idea de que, si repetía mi nombre con más fuerza, ahora si lo escucharía.

Di un paso pesado e intenté huir. Aunque ignorarlo fue imposible, porque caminó detrás de mí a pasos largos interponiéndose en mi camino.

— ¿Acaso no me escuchaste?

Abrí la boca, intentando mencionar algún pretexto, pero me fue imposible.

— ¿A caso estás evitándome?

Negué. Aunque había dado en el clavo, no me atrevía a decírselo.

— ¿Entonces? ¿Qué sucede?

— Tengo prisa. Yo...

No le importaba en lo más mínimo alguna explicación, se hizo a un lado y extendió las manos, señalándome el camino e indicándome que debía seguir caminando. Pero no tardo en caminar al lado mío con cada paso que daba.

— ¿Cómo has estado? ¿Como están Tin y Yaya? ¿Aún viven contigo? ¿Cómo te va en el trabajo? ¿Normalmente sales del trabajo a esta hora?

Cuando preguntó con mucho interés sobre mí, evité sonreír. La manera en que sus palabras corrían un maratón me parecía graciosa y aún más cuando no dejó que contestará ninguna de sus preguntas, antes de bombardearme con más preguntas.

Sonreí por debajo.

— ¿Qué pregunta debo responder primero? — pregunté, fingiendo seriedad.

— La que quieras. He estado esperando este día.

— ¿A qué te refieres con este día? — dije algo confundido.

Hizo un gesto triste y mirándome algo malhumorado, respondió:

— He esperado el día que nos volviéramos a encontrar. No recuerdas que dije que...

— Pero este día no es el día que nos volvimos a encontrar. Ya nos encontramos por casualidad hace unos días y al parecer no soy alguien que conoces. — dije sin pensar. ¿Qué me pasaba? ¿Acaso estaba recriminándole, por aquel encuentro? ¿Acaso me importaba tanto que digiera que no me conocía?

Me mordí los labios. Maldiciéndome por dentro.

— Te refieres a aquel día. Eso no cuenta. — respondió con indiferencia.

— ¡¿Por qué no?! — respondí algo ofendido.

— Porque dije que te buscaría. Y aquí estoy. He venido a buscarte, esta es nuestra oportunidad. ¿No lo crees?

— Nunca he creído que tengamos alguna oportunidad P'Peat. Nuestros caminos se separaron hace mucho tiempo y deberíamos dejar que continúe así.

Cuando volví a mirarlo, sus ojos se llenaron de lágrimas y un fuerte dolor apretó mi corazón.

Debía huir ...

Debía alejarme de él.

Debía hacerlo antes de que mi inexplicable impulso quisiera hacer que me quedara a darle un abrazo de consuelo, antes de que mis manos quisieran limpiar sus lágrimas y sobre todo antes de que el apretón en mi corazón me dejara sin aliento.

NUNCA DEJES DE SONREIRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora