.*・✯ | Capítulo 4

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Hyunjin

Cegado. Esa es la mejor explicación para el volumen severo de mi voz y la opresión en mi expresión normalmente compuesta. No estaba preparado para esto. No para que un hombre, sexy-más allá-de toda-razón entrara a mi salón de clases. ¿Mi primer pensamiento? Beverly Rivard encontró al profesor de música más sexy del país para poner en mi empleo. Para probarme. 

Pero él no es un profesor.

Relajé mis dedos en el borde del escritorio. Cristo, eso hubiera sido un terrible inconveniente. 

Excepto que esto es peor. 

La desconfianza acaricia la mirada del chico mientras me estudia desde la primera fila. Sentado rígidamente en la silla, tira del borde de sus shorts sobre sus rodillas y mantiene sus piernas cerradas. No la reacción a la que estoy acostumbrado en los hombres, o chicos de preparatoria, en realidad. 

Estoy orgulloso de ser un educador estricto, respetable. Sé cómo me miran los estudiantes, y soy inmune a la vanidad de los corazones burbujeantes en sus inocentes ojos. Pero no hay una pista de inocente adoración en los profundos ojos de caoba mirándome ahora. En mis seis años de enseñar, nunca he encontrado un estudiante que me considere como si me hubiera resumido con un vistazo y desapruebe mis intenciones.

Tal vez este chico oyó de los errores que cometí con Jeongin, el libertinaje que lo llevó a quitarme mi trabajo. Bueno, a la mierda ese trabajo. Solo mis padres saben la profundidad de lo que perdí en Shreveport y la naturaleza de mis intenciones. 

Lo que sea que este chico crea que sabe, no estoy más allá de usar la intimidación o una demostración de poder para exigir su enfoque en el aula. 

Sostengo su incisiva mirada mientras hablo a la clase. 

—Encuentren un asiento y pongan a un lado sus teléfonos. 

Varios estudiantes más entran, y un rápido conteo de diez chicas y diez chicos confirma que todos están presentes. 

Cuando suena la campana, los retrasados escogen sus asientos. Reconocí al hijo de Beberly de las fotos exhibidas en su oficina. Scott Rivard es más arrogante en persona, usando una mueca en vez de una fotogénica sonrisa. Se sienta al lado del hermoso de ojos marrones y se inclina sobre su escritorio para enredar un dedo en su cabello. 

Él se aparta. 

—Detente. 

El chico hípster al otro lado se gira hacia él, su cuerpo flacucho exprimido en pantalones ajustados, una camisa a cuadros, y una corbata a cuadros. El mira su boca a través de sus lentes de marco negro y susurra algo demasiado bajo para que pudiera oírlo. 

Sus labios se vuelven una línea, y la oscura expresión en su rostro parece venir de un lugar mucho más profundo que simple irritación. 

Necesito saber lo que le está diciendo. Es una extraña clase de curiosidad, pulsando en mi pecho, al tiempo que nivelo una mirada al chico susurrante.

—¿Cuál es su nombre?

Se reclina, ligeramente encorvado con las piernas estiradas debajo del escritorio. 

—Sebastian Roth. 

Camino hacia él y le doy una patada de advertencia a la punta de su zapato que lo impulsa a sentarse derecho. 

—¿Qué le dijo, señor Roth? 

Él mira al chico, frotando su boca para esconder su sonrisa. 

—Solo estaba comentando lo grande que su... uh... —Mira a su culo y levanta la mirada a su rostro—. Su labio. Lo grande que es su labio. 

Notas Oscuras  |  HyunLixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora