.*・✯ | Capítulo 14

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Hyunjin

Flexiono mis manos contra la cintura de Felix, mi cuerpo entero vibra con el pensamiento de sus enrojecidas y apretadas nalgas. Pero mi cerebro le grita que elija la otra opción, que me cuente sus secretos y me lleve lejos de esta peligrosa tentación. 

Con la pared detrás de él y sus preciosos pezones que se elevan y caen sobre mi pecho, levanta sus marrones ojos y me susurra: 

—Los azotes. 

Su respuesta me golpea en las tripas y viaja hasta mi ingle, arrancando un gruñido de mi garganta e impulsando mis caderas con hambre contra los de él. Jadea cuando me siente. 

Joder, ¿cómo podría no sentirme? Esto nunca había sido tan difícil en mi vida. 

Es un error. Es Shreveport y Jeongin y una maldita pendiente hacía la ruina otra vez. 

Sostengo mi pesado cuerpo en contra del suyo, y mis dedos enterrados en su cintura. 

Él no es Jeongin. Esto no es amor ni cariño. Incluso no es sexo. Tengo el control, y su castigo es merecido. 

Liberándolo, me vuelvo un paso y se calma mi respiración.

Le di la opción, soy un hombre de palabra. 

—Date la vuelta. Manos en la pared. 

Su rostro es una hoja en blanco mientras gira lentamente y sigue mi orden. La delgada tela del chandal negro marca el contorno de su erótico trasero, mucho mejor que los shorts que usaba unos días antes. El bulto de sus nalgas es muy grande, proporcionado a su pequeña cintura y perfecto para mis manos. 

Pero los bordes gastados y descoloridos de su ropa son la advertencia de que todo esto no es sobre lo que está debajo de su pantalón. Más allá de mi hambre de disciplina y placer, siento un doloroso deseo de satisfacerlo de todas la maneras. 

—No te muevas. 

Me vuelvo y ajustó la protuberancia detrás de mi cremallera. Camino afuera de la alcoba y entro a la parte principal del aula, hecho una mirada a la puerta. Sigue cerrada. No está trabada, pero sus bisagras crujen cuando se abre, dándome cinco segundos antes de que un intruso entre al salón y rodee la esquina. 

Cuando vuelvo hacia Felix, mi teléfono vibra en mi bolsillo. Irritado con la interrupción, considero ignorarlo, pero tal vez esto me distraerá del error que estoy a punto de cometer. Miro la pantalla. 

Jeongin: Estoy en la ciudad este fin de semana. Necesito verte. 

El espacio vacío de mi corazón se aprieta fuertemente. Saco goma de mascar de mi bolsillo y mastico entre mis molares.

El teléfono zumba otra vez. 

Jeongin: Necesito tu dirección. 

Él es persistente al buscarla, pero no lo obtendrá de mí. 

Ahora estoy más irritado que hace treinta segundo atrás. 

Apago el teléfono, lo tiro encima del escritorio, y regresó mi atención a Felix. 

Con sus manos planas contra la pared y la mirada en el piso, no se había movido. Excepto sus pies. Están juntos, y sus rodillas tiemblan visiblemente debajo de sus pantalones. 

Él sabe que esto es inapropiado, que estamos haciendo algo que no deberíamos. Pero dudo que sea consciente de la emoción de este riesgo, y la emoción de ser atrapados le aumenta la transmisión de dopamina a su cerebro y le eleva la excitación de su cuerpo. 

La posibilidad de escapar con alguien que es perversamente prohibido solo alimenta a mi bestia y me hace estar más hambriento. Merodeo cerca. 

—Amplía tu postura. 

Notas Oscuras  |  HyunLixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora