.*・✯ | Capítulo 19

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Felix

—Todo esto es culpa tuya! 

El chillido empañado en lágrimas me atraviesa, pero es el odio en sus ojos oscuros lo que hace que mis entrañas sangren. 

Ni siquiera sé por qué estoy siendo culpado. Es media noche, y entró aquí encendiendo las luces y despertándome con su llanto loco. 

Acostado en el sofá donde duermo, me acerco las piernas al cuerpo, curvándome en mi costado y sosteniendo a Wifi en mi pecho. 

—¿Cómo? ¿Cómo es qué culpa mía? 

Llegó a casa hace un mes, llorando por el novio que rompió con ella. No ha dejado de llorar. 

—Si no fuera por tu... tu... —Pasea por el salón y se tropieza con sus propios pies, tirándose de los mechones cortos de su cabello—. ¡Jodido egoísmo de mierda! 

Fue bonita una vez, suave y con curvas, con la satisfacción brillando en sus ojos. Pero las drogas y el dolor la han marchitado hasta los huesos y el rencor. Papá estaría tan destrozado como yo. 

Si no me aceptan en Leopold, si nunca encuentro una salida de Penrith, ¿acabaré así? Cada vez que mi mente avanza, me veo encadenado para siempre a Lorenzo y sus necesidades violentas. ¿Cómo no iba a recurrir a las drogas como escape al tormento de su tacto? Ese futuro me aterra, pero también me hace fuerte. Saldré de aquí, no importa lo que cueste. 

Mi mamá tropieza en la habitación, arañándose el rostro como si intentara quitarse objetos imaginarios. Debe de estar bajando de lo que sea con lo que se envenenó, con todo el cuerpo alterándose de infelicidad.

Me culpa por eso. Por su infelicidad. Soy la razón que usa, la razón por la que es pobre, la razón por la que no puede encontrar un trabajo o mantener un novio.

Supongo que, en cierto modo, soy responsable de su miseria. Me duele el pecho por ir con ella, abrazarla y consolarla. Pero no tolera esas cosas de mí. 

Unos pasos múltiples avanzan desde la parte trasera de la casa. Entierro la nariz en el olor reconfortante del pelo de gatito de Wifi y aguanto la respiración. 

Lorenzo y Minho entran en la sala, vestidos con jeans y camisetas. ¿Salen o regresan a casa? Echo un vistazo al reloj de la mesa auxiliar. Tres quince de la mañana. Me froto los ojos. Tengo que prepararme para la escuela en dos horas. 

Lorenzo le da a mamá un gran rodeo mientras Minho va hacia ella, apartándole las manos del rostro. 

—Mamá, para. Te estás lastimando a ti misma. —Le ajusta los tirantes del camisón sobre los hombros huesudos y me mira—. ¿Por qué le dejas hacer esto? 

¿En serio? Me incorporo, sosteniendo a Wifi en mi regazo. 

—No soy quien le suministra drogas. 

Lorenzo se reclina en el extremo opuesto del sofá, observando a mi mamá con diversión. Paso una temblorosa mano por el pelo de Wifi. Lorenzo no intentará nada. Probablemente ni siquiera me mirará.

Mi mamá trae un torbellino de drama cuando regresa a casa, pero hay seguridad en su presencia. Ella y Minho no se creen mis acusaciones de que Lorenzo me hace daño, pero Lorenzo siempre se comporta de la mejor forma cuando están ellos en la habitación. He evadido el susurro de su motocicleta en mis paseos a la escuela, y no me ha tocado mucho desde que mamá llegó a casa. Aun así, la impaciencia que palpita de él es palpable. 

Mi mamá mira fijamente a Minho, su mirada se suaviza en un momento tranquilo antes de que atraviese la habitación y caiga sobre mí. 

—Me quitaste todo. 

Notas Oscuras  |  HyunLixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora