Felix
Al momento en que me despierto, mis músculos se aprietan con el recuerdo de los eventos del día. Una tenue lámpara brilla en la penumbra de la habitación, lanzando sombras sobre la adusta expresión de mi hermano donde se encorva en una silla al lado de la cama. Es perturbador verlo en esta casa, en un lugar que siempre ha representado seguridad, felicidad y amor. Pero no estoy asustado. Hyunjin lo mataría antes de permitirle otra vez estar solo conmigo.
Desplazo mi atención por la longitud del colchón y encuentro atenta devoción en ojos de un resplandeciente azul. Mi corazón tararea.
Hyunjin me dijo una vez que si alguien me tocaba, su respuesta sería mortal. Es un hombre de palabra. Lorenzo se ha ido. Muerto. Ya no es capaz de lastimarme. Todavía me siento fuertemente pesado por la conmoción, mi interior doliendo con la pérdida de Wifi y enrollándose con preocupación por Hyunjin tomando una apuesta tan drástica con su futuro para protegerme. Pero superaremos esto juntos, sin importar nada.
Sentado a mi lado en la cama, traza una mano a lo largo del contorno de mi pierna en las sábanas. Su cincelado rostro está suavizado en un aire de calma enmarcado por la extenuación. Su cabello negro se alza en un caos de perfección, y una Henley gris acero se estira a través de sus hombros, acentuando la fuerza de su cuello. Él arriesga ese cuello por mí reiteradamente, y hoy no fue diferente.
Mi sonrisa agradecida viene con facilidad.
—¿Cuánto tiempo he estado inconsciente?
Su quijada se mueve, triturando la goma de mascar en su boca.
—Seis horas.
Estoy consciente de que pasó ese tiempo lidiando con el cuerpo de Lorenzo. ¿Qué hizo con él? El parpadeo en su mirada me dice que anticipa la pregunta, pero también hay una mirada dura allí. No va a contarme.
No quiero que lleve esta carga solo, pero podría ser importante para él mantenerme aislado de los detalles. Presionarlo con ello solo lo pondría frustrado y contrariado.
Puedo ser racional en este asunto.
Su mano se mueve sobre la curva de mi rodilla, su pulgar acariciando contra las colchas.
—Tu hermano se está yendo. —Mira a Minho y vuelve acero su voz—. Esta vez para siempre.
Soplando una respiración, compruebo lo que estoy vistiendo... otra de las camisetas de Hyunjin. Sin calzoncillos. Me desplazo para sentarme contra la cabecera, arrastrando las colchas conmigo, y encuentro la mirada de Minho.
Él se desliza al borde de la silla y frota sus palmas sobre sus jeans, observando el movimiento.
—Es un poco tarde, pero lo digo de todas formas. —Me echa una ojeada—. Lo siento.
Dos palabras no borran años de abuso y basura. Sin embargo, sus acciones de hoy, el escogerme a mí por encima de Lorenzo, golpean fuerte y de verdad, fracturando la fea barrera entre nosotros.
Una fractura no derriba una pared. Pero sí deja detrás un precioso punto débil, uno que siempre estará allí. Cada vez que piense en él, sentiré esa fractura y la recordaré cariñosamente.
Hyunjin estudia nuestra interacción, con su expresión neutral, sus caricias persistiendo en mi tobillo.
Minho levanta una mano y se estira por la mía, haciendo un incómodo titubeo en el espacio que nos separa antes de enganchar juntos nuestros dedos.
Sonríe con tristeza, aprieta mi mano y susurra:
—Jódete, Felix.
Aprieto de vuelta.
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Notas Oscuras | HyunLix
RomanceEllos me llaman puta. Tal vez lo soy. A veces hago cosas que desprecio. A veces, los hombres toman sin preguntar. Pero tengo un don musical, solo un año para terminar la preparatoria, y un plan. Con un obstáculo. Hwang Hyunjin no solo toma. Se apode...