.*・✯ | Capítulo 45

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Hyunjin

El sábado en la mañana, no volamos desde Nueva Orleans. Llevo en auto a Felix una hora y media para tomar un avión desde Baton Rouge. Una ciudad donde no conozco a nadie. Pero
mientras caminamos a través del aeropuerto —sin tocarnos— sospecho jodidamente de cada persona que lanza sus ojos en nuestra dirección. ¿Me conocen? ¿Están asociados con Le Moyne? Podía explicar nuestro viaje como uno de negocios para la escuela, pero eso no detiene a mi piel de arrastrarse por la paranoia. 

Cuando salimos del avión en nuestro destino, finalmente me permito relajarme. 

Felix se sienta a mi lado en la limo, sus ojos lanzándose por todas partes, su expresión es una representación del asombro. La amplia sonrisa, los ojos brillantes e hiperactividad saltarina han sido persistentes desde que anoche le di el pasaje para primera clase. Nunca ha salido de Nueva Orleans. Nunca ha estado en un avión o una limo o un hotel. 

Le mostraré cada rincón del mundo si eso mantiene esa sonrisa en su rostro. 

Han pasado dos meses desde que Wifi murió, y su felicidad no se ha recuperado completamente. Hasta ahora. Joder, si eso no hace que todo mi nerviosismo de más temprano valga la pena. 

Por primera vez en el tiempo desde que dejamos Baton Rouge, lo toco, no como un profesor, sino como el hombre que lo ama. En la privacidad de la limo, envuelvo un brazo alrededor de su espalda baja y tiro de él contra mi costado. Descansando mis labios contra su sien, acaricio el pliegue de su muslo y cadera. 

Él suspira, su cuerpo derritiéndose en mi agarre. 

—Una limo, Hyunjin. Es... innecesario, pero vaya. —Se inclina hacia adelante, con la mirada trabada en la ventanilla lateral y la boca abierta mientras absorbe los rascacielos de cristal en los alrededores de la metrópolis—. No puedo creer que esté en Nueva York. 

Atrapo un mechón de su cabello y lo jalo. 

—¿No puedes? 

Me desliza una sexy sonrisa, se tuerce en el asiento y lanza una pierna a través de mi regazo, montándose a horcajadas sobre mí, pecho con pecho. 

Con sus manos en mi rostro, toca con su sonrisa la mía. 

—No puedo. No puedo. No puedo. 

Lo inclinaría sobre mi regazo y palmearía su perfecto trasero, pero estamos a cinco minutos de nuestra primera parada. Así que, en su lugar, pellizco su polla a través del pantalón y me aferro. 

Él agarra mi muñeca e intenta sacudirse de vuelta, pero el movimiento aprieta mis dedos y alarga el guijarro de carne. 

Agarrando mi corbata, da un fuerte tirón. Eso solo trae más cerca nuestros labios. Tomo ventaja, besándolo ávidamente mientras aprieto a más no poder su polla. 

Su cuerpo corcovea, una sinuosa curva de carne envuelta en seda negra, mientras exhala pesados resoplidos. 

—Nunca diré otra vez no puedo. Solo, por favor... ¡mi polla!

La sangre se precipita hasta la mía, haciendo que se levante. 

Lo libero. 

—Buen chico. 

Se frota el pene. 

—Tan malo. 

Diviso la sonrisa abriéndose paso a través de su mohín. 

—Te encanta. 

Se desliza fuera de mi regazo pero se queda cerca, inclinándose sobre mis muslos para mirar por mi ventana. 

Notas Oscuras  |  HyunLixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora