.*・✯ | Capítulo 30

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Hyunjin

Paso el día escuchando susurros y prestando mucha atención a expresiones sutiles. Beverly Rivard me saluda en el salón de profesores con un ceño fruncido de desdén. No hay nada nuevo. Lia me observa desde lejos, cautelosa y magullada. Ella lo superará. Scott se queda fuera de mi camino en los pasillos y se escurre en su asiento durante la clase. Él es el que más me preocupa. Lo humillé delante de Felix anoche, un golpe horrendo a su ego de chico. Pero si abre la boca, tiene más que perder que su dignidad. 

En el salón de clases, Felix mantiene su actitud como estudiante. Él no sostiene mi mirada demasiado tiempo. No coquetea ni demuestra afecto. Pero la tensión sexual entre nosotros flota como una tormenta eléctrica. Si alguien supiera qué buscar, lo captaría. Scott debería tener algo de sospechas después de la manera en que lo defendí, pero no se atreve a mirarlo o a mí. Por ahora, lo único que puedo hacer es mantenerlo bajo mi vigilancia. 

Después de las clases privadas de Felix, regresamos a su casa. El cielo sin estrellas y la ausencia de luz arrojan su calle en una mancha de sombras. 

Metiendo el GTO en el mismo lugar que usé esta mañana, observo la oscuridad más allá de sus ventanas. 

—Nadie está en casa. 

—Supongo que no. —Abre la puerta del auto—. Seré rápido.

Apago el motor y me encuentro con él en la calle. 

Sacude la cabeza y señala el auto. 

—Quédate aquí. Alguien podría volver a casa. 

Es arriesgado, pero no va a entrar en una casa oscura solo por la noche. Tampoco va a sacar un gato y todas sus pertenencias por sí mismo. Pero en caso de que su hermano aparezca, necesito prepararlo para una desagradable re-presentación. 

Lo agarro de la mano y lo llevo al porche delantero. 

—Conocí a Minho hace un tiempo. 

—¿Qué? —Él se detiene en la acera y me mira con los ojos muy abiertos—. ¿Cuando? 

Tiro de sus dedos apretando, obligando a sus pies a seguirme por las escaleras. 

—No sabe quién soy, y tristemente, no sabe por qué le rompí la nariz. 

Él jadea, sus pasos vacilantes, pero lo mantengo en movimiento. 

—¿Fuiste tú?— Su ceño baja mientras abre la puerta. Un suspiro pasa por sus labios—. Por el corte en mi labio. 

—Nadie hace daño a mi chico. 

—Me encanta cuando dices eso —susurra suavemente. 

Con manos apacibles, él endereza mi corbata, sus dedos descienden por la seda antes de que se aleje. 

Cuando abre la puerta, el olor a humo de cigarrillo rancio me inunda la nariz.

Un segundo después, un gato naranja atigrado sale de las profundidades oscuras y se ralentiza a sus pies, ronroneando como un motor y frotándose contra sus tobillos. 

Él lo carga, acariciando su cabeza redonda contra su cuello como si fuera lo más importante del mundo. 

Me meto las manos en los bolsillos e intento frenar mis celos por un maldito gato. 

—¿Me vas a dejar entrar en algún momento esta noche? 

—Tan impaciente. —Él golpea el interruptor de la pared e inunda la pequeña habitación con luz. Luego me sostiene al gato y lo deja caer en mis brazos, obligándome a cargarlo—. Solo necesito agarrar sus cosas. 

Notas Oscuras  |  HyunLixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora