Felix
Voy a ir a Leopold. —Hago una pausa con el marcador a media palabra, presionando la punta contra el pizarrón, mientras el sonido de los zapatos del señor Hwang se acerca por detrás de mí.
Tan solo su altura proyecta una sombra sobre mi espalda mientras su respiración revuelve mi cabello, me susurra al oído como una cinta de satén que se desliza sobre mi hombro.
—Menos charla, más escritura.
Es solo el quinto día de escuela, y ya planeo todas las formas de asesinarlo.
Quiero envenenar su café por comenzar la lección privada de hoy con un castigo. Aunque no olvido que interrumpí su clase el primer día. Él estaba feliz de recordármelo poniendo un marcador en mi mano y llevándome al pizarrón en la pared.
Quiero estrangularlo con su detestable corbata de flores amarillas por hacerme escribir una plana interminable de no desperdiciaré el tiempo del señor Hwang.
Con líneas largas y molesto, escribo otra frase y digo:
—Tengo diecisiete años no siete.
Golpe
Una fuerte punzada quema mi bíceps y mi mano vuela a frotar la herida. Quiero arrancarle el bastón de director de orquesta de los dedos y empalarlo en su garganta. Porque en serio ¿dónde está la orquesta?, no hay una, sin embargo, gira la maldita cosa como Pherekydes de Patrae y la golpea contra mis brazos como una monja que maneja una regla.
—Esto es tiempo perdido para los dos —murmuro, garabateando una frase que dice lo contrario.
Golpe
Una ola de calor florece en mi espalda, justo arriba de mi coxis. Hijo de puta, eso duele. Tampoco es el peor dolor. Si alguien más me castigara con un bastón —Lorenzo o Scott, por ejemplo— gruñiría y lanzaría puñetazos. Pero él es mi mentor y quiero complacerlo. Mientras planeo su muerte.
Quiero que regrese el profesor de hace tres días. El que me tomó el rostro con ternura y dijo que mi interpretación lo conmovió. ¿A dónde fue ese tipo?
Quizá sea mi culpa. Estoy fuera de cancha, temí por esta noche toda la semana. No puedo cancelar a Scott por más tiempo. Su tarea está hecha, y soy un manojo de nervios e indignación. Y el fin de semana comienza mañana, tendré dos días en casa. Dos días con Lorenzo y su ira por no saber de mí toda la semana.
—¿Qué le dije acerca de cuestionarme? —Los pasos del señor Hwang pasean detrás de mí, sus ojos fríos haciendo temblar el cabello de mi nuca.
Si no lo conociera mejor, cosa que no hago, creería que disfruta esto.
—Decirle a un estudiante que no cuestione a su profesor es la peor regla en la historia de las reglas.
Me tenso por otro golpe, pero no llega.
Apoya un hombro contra la parte del pizarrón no escrita junto a mí, con las manos en su espalda y una sonrisa en su demasiado bonito rostro.
—Lo diré de otra forma. No cuestione mis métodos. —Mira ágilmente al pizarrón—. Borre las últimas cinco oraciones, e inténtelo de nuevo con la caligrafía propia de un joven de diecisiete años.
Empujo el borrador sobre el pizarrón con golpes agresivos y comienzo de nuevo.
—Puedo escribir y hablar al mismo tiempo, y quiero hablar acerca de Leopold.
—No es lo bastante bueno para Leopold.
Me giro hacia él mientras el crescendo de mi corazón resuena en mis oídos.
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Notas Oscuras | HyunLix
RomanceEllos me llaman puta. Tal vez lo soy. A veces hago cosas que desprecio. A veces, los hombres toman sin preguntar. Pero tengo un don musical, solo un año para terminar la preparatoria, y un plan. Con un obstáculo. Hwang Hyunjin no solo toma. Se apode...