Felix
La puerta del dormitorio se abre, y libero un suspiro de alivio.
Me paseo en el lado de la cama, desnudo y vulnerable, mientras nos miramos fijamente el uno al otro. Verlo recargado en el marco de la puerta y mirarme con esos duros ojos me quita el aliento.
Estaba tan malditamente confundido sobre por qué usé mi palabra. ¿Cómo dejé que un momento de terror paralizante anulase cada gramo de confianza que tengo en él?
No solo Hyunjin se detuvo, no explotó en un ataque de ira. Su reacción paciente y su control confiable demuestran que mi temor hacia él era injustificado y débil. ¿Soy tan disfuncional que no puedo tener una relación íntima con un hombre que preferiría morir antes que ponerme en peligro?
Su camisa azul claro se abre en el cuello, la corbata cobalto desanudada y colgando alrededor de su cuello. El chaleco es un multicolor de azul a cuadros, gris y negro. Parecería monótono en un estante de ropa, pero sus ojos zafiro, mandíbula cincelada y sucio desordenado cabello negro, lo venden como un modelo de catálogo de tendencias.
Jesús, es dolorosamente guapo. Pero es la sinergia de su aura dominante y devoción inquebrantable lo que lo hace particularmente eficaz en robar mi corazón.
En vez de forzarse en mi culo o de sacarme de su vida, me dio una opción. No había un milisegundo de debate en mi mente. No aceptaré voluntariamente el sexo brusco, pero él nunca me obligará. Mi fe en eso hizo fácil dejarle un rastro de ropa.
Ahora que está aquí, no sé qué decir o cómo guiarnos de nuevo a la manera que eran las cosas. Pero no tengo que hacer nada.
Cruza la habitación con pasos sin esfuerzo, enmarca mi rostro en sus fuertes manos, y roza sus labios contra los míos.
—¿Estás bien?
—Sí. —Mi aliento hipea—. Lo siento mucho.
—Nunca te disculpes por usar tu palabra. —Besa mi boca y regresa para mirarme a los ojos—. Todo el mundo tiene límites.
Niego.
—¿Tú? ¿Cuáles son?
Baja, agachándose entre mis piernas y desliza sus manos por mi cuello.
—Defecación.
—¿Defe... qué?
—Mierda. Heces. Eso es un gran no.
—Oh Dios mío, ¿la gente hace eso?
—Sí. —Él lucha una sonrisa nerviosa y gana, aplastando sus labios. —Y la bestialidad. También mi límite.
Mi garganta convulsiona.
—¿Cómo siquiera va tu mente hasta allí?
—¿Tienes que preguntar?
Sonrío. Es un hombre pervertido, fetichista, y maldición si no me encanta eso de él.
—Es bueno saber que no te aprovecharás del pobre Wifi.
Hace una cara disgustada.
—Esa fue tu mente yendo ahí.
—Tú empezaste.
Moldea sus manos alrededor de mi cintura, sus pulgares trazando mis caderas.
—No compartir. Nunca. Eres mío. Soy tuyo. Ese es mi límite más duro.
—¿Prefieres que me cague sobre ti a tener sexo con otra persona?
—Sí. —Su mirada vuela hacia la mía, las endurecidas profundidades azules cimentadas con un tono penetrante—. Si otro hombre te toca, mi reacción será asesina. Recuerda eso.
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Notas Oscuras | HyunLix
RomanceEllos me llaman puta. Tal vez lo soy. A veces hago cosas que desprecio. A veces, los hombres toman sin preguntar. Pero tengo un don musical, solo un año para terminar la preparatoria, y un plan. Con un obstáculo. Hwang Hyunjin no solo toma. Se apode...