Hasta en el fin del mundo.

Cap.58 Tres formas de querer.

Izuku despertó temprano aquella mañana, su mente revoloteaba con pensamientos que lo habían atormentado durante mucho tiempo. Sabía que era hora de afrontar sus sentimientos y enfrentar a su madre para perdonarla por la traición que le había hecho con su padre. Era un paso difícil, pero necesario para su propia paz interior.

Se levantó de la cama y vio a Toshinori, su pareja, aún durmiendo pacíficamente. Le dio un suave beso en la frente, sabiendo que él estaba allí para apoyarlo en cada paso del camino. Izuku se vistió rápidamente y decidió que era hora de hablar con su madre.

No quería despertar a Toshinori, no quería preocuparlo así que fue rumbo a la casa en donde estaba Inko.

Pero aún así el hombre se levantó, sabía que Izuku se levantaría, la noche anterior su chico durmió inquieto, eso le preocupaba por su bebé.

Así que el hombre partió detrás de él.
Aunque cuando Izuku por fin llegó a la casa de Inko, vio la puerta entre abierta así que llegó y entró sin pensarlo.

Toshinori lo alcanzó al fin.

Toshinori: Amor... ¿por qué no querías que te acompañase?
Izuku: Mi Toshi... esto es muy complejo para mi y lo sabes, pero necesito hacerlo solo.
Toshinori: Por favor, si te descompiensas no sabría que hacer.
Izuku: Estarás al lado de mi, pero no hablaras del todo ¿si?
Toshinori: Está bien amor.

Toshinori tomó la mano de su chico, decidido a escucharlo, Izuku tenía que liberar todo aquello que sentía para que el bebé no pasase preocupaciones ni mucho menos.

Tratando de calmar los latidos de su corazón acelerado. Sabía que este momento iba a ser difícil, pero también sabía que necesitaba ser sincero y abrir su corazón. Su madre estaba en la cocina, preparando el desayuno como siempre lo hacía, siempre a esta misma hora.

Izuku finalmente se armó de valor para hablarle.

Izuku: Mamá..

Dijo con voz temblorosa.

Izuku: Necesito hablar contigo.

Su madre se dio la vuelta y lo miró con sorpresa en los ojos. Hace un tiempo que no hablaban, Izuku había dicho muchas cosas crueles con justificaciones, pero aún así le era complejo finalmente ver a su hijo, ver que este quisiese hablar con ella de nuevo.

Inko: ¿Qué pasa, Izuku? ¿Estás bien?

Preguntó preocupada.

Izuku asintió y continuó.

Izuku: He estado guardando este sentimiento dentro de mí durante mucho tiempo, pero creo que es hora de enfrentarlo. Sé lo que sucedió con papá. Sé que nos engañaste y me traicionaste. No estoy aquí para juzgarte, sino para perdonarte.

Las lágrimas comenzaron a caer de los ojos de su madre mientras escuchaba las palabras de Izuku.

Inko: Hijo, lo siento tanto. Nunca quise lastimarte ni lastimar a tu padre. Fue una situación difícil y tomé decisiones egoístas en ese momento. Pero siempre te he amado más que a nada en este mundo. Me equivoqué y lo lamento profundamente.