Cap.45 La maldad tiene corazón.

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Durante el transcurso del día a AFO se le había ocurrido salir, estaba feliz de lo que estaba preparando con lo conseguido.

Pero necesitaba más suplementos y no quería que nadie lo acompañase, fue con los Nomus, se iba acordando en el camino de la lista que le había dejado el doctor Garaki.

Apenas y tenía tiendas al alcance, tenia que ingeniárselas.

Pero él sabía cuáles materiales les serviría más así que no se preocupaba.

Terminando de hacer sus labores, encontró que una mujer estaba gritando.

El grito le sonó tan familiar que su cuerpo se movió por su cuenta.

Al mirar, sus Nomus la habían acorralado y la mujer con su lanza intentaba matarlos como podía.

AFO: ¿Inko? ¡Deténganse! Pedazos de bestias, la pueden lastimar.

El hombre pegó ese grito y los Nomus pararon, pero Inko cayó cansada de los esfuerzos que estaba haciendo.

La mujer eso si reconocía la voz que le estaba pidiendo que por favor le respondiese.

Esos brazos tan cálidos, antes los había sentido tanto.

Inko: Tu voz... ¿AFO? Dime que eres tú...
AFO: Cariño, amor mío si soy yo, se que no estoy como a ti te gustaría, pero créeme que soy yo, no sabes cuan feliz estoy de haberte encontrado porque estuve buscándote todos estos meses.
Inko: AFO...

La mujer se desmayó, AFO la tomó en sus brazos, sentía su pulso aún así que solo estaba desmayada.

La subió a sus espaldas y ordenó al Nomu moverse.

Ahora si estaba contento, tenía a su señora, su mujer.

Había estado soñando con esto desde hace mucho tiempo, implorando el encontrarla después de todos esos sucesos.

En cuanto llego a la guarida, los demás quedaron expectantes mirando como el hombre estaba tan contento, no dijo nada de la emoción pero eso decía todo.

La fue a acostar, se veía tan en paz ahora, trato de ponerle más sábanas encima, comenzaba a hacer frío y como era todo más subterráneo estaba todo peor.

Inko despertó en una hora, vio al hombre al lado de ella.

Inko: No era un sueño después de todo... al fin estoy contigo amor~.
AFO: Hasta que despiertas querida, bueno dormiste muy poco así que en la noche podrás dormir mucho, las horas que quieras, ahora necesito conversar contigo cariño, ha sido mucho tiempo sin hablar con mi compañera de vida.

Inko sonrió, tocando la cara del hombre.

Inko: ¿Te sigue doliendo verdad?
AFO: Aveces si amor, pero me dolía más el no tenerte conmigo sabes... cada noche se sentía tan solitaria.
Inko: Pasamos por lo mismo, solo que yo no pase dolor físico, es un milagro que estés vivo amor.
AFO: Es ciencia amor, tú me conoces conmigo los milagros no existen.
Inko: Se me había olvidado lo obstinado que eras con eso, extrañaba todo de ti y noto que no has cambiado mucho.
AFO: Cuando pueda recuperar mi rostro estoy seguro que me amarás como antes.
Inko: ¿Piensas que te deje de amar? Mi amor por ti sigue como la primera vez en la cual te vi.

AFO sintió como algo en su corazón se estrujaba, claro era Inko.

La persona más noble que había conocido, la única que lo entendía siempre; eran tantos años en los cuales eran compañeros.

Hasta en el fin del mundo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora