Hasta en el fin del mundo.

Cap.63 Marca de guerra.

Yoichi había pasado varios días investigando a la temible liga de villanos y había logrado descubrir la ubicación de su base secreta. Su determinación por proteger a los inocentes y eliminar el mal que acechaba en las sombras era más fuerte que nunca. emprendió su camino hacia la guarida de los villanos.

Al llegar, se aseguró de ocultarse entre las sombras mientras observaba la base. Tras un rato de espera, vio cómo Shigaraki y All for One se encontraban en una habitación, aparentemente discutiendo algo importante. Decidió acercarse con cautela, sabiendo que cualquier ruido podría alertarlos.

Se acercó sigilosamente por los pasillos oscuros hasta que pudo escuchar la conversación de los dos villanos. Shigaraki estaba ansioso por iniciar una guerra, anhelando un mundo lleno de caos y destrucción. All for One, por otro lado, mostraba una calma inquietante, como si estuviera planificando cuidadosamente cada paso de su macabro plan.

All for one: La hora de la guerra se acerca, Shigaraki. Esos bastardos no tardarán en reunir sus fuerzas para detenernos. Pero no hay problema, tenemos todo bajo control. Utilizaremos nuestras armas secretas, y esta vez la destrucción será inmensa. El caos reinará en este mundo.

Dijo All for One con su voz grave y lúgubre.

Yoichi sentía cómo la adrenalina recorría su cuerpo. Sabía que él era la única esperanza para parar este plan malévolo. Sin perder tiempo, se alejó del lugar con sigilo para evitar ser descubierto. Se fue.

Yoichi caminaba resuelto por el camino solitario que lo llevaría hacia la ciudad. La su calma del hombre se vio afectada por lo que escuchó y también por el suave zumbido de las abejas y el leve murmullo del viento entre los árboles. Sin embargo, su mente estaba inquieta, pues había sintió la presencia de Nomus en los alrededores.

Los Nomus eran criaturas aterradoras, seres desprovistos de emociones y con una sed insaciable de destrucción. Su impactante figura deforme y su fuerza sobrehumana los convertían en amenazas implacables para cualquier ser humano que tuviera la desgracia de cruzarse en su camino. Odiaba esos engendros con todo su corazón.

De repente, sintió un ligero temblor bajo sus pies y su corazón se aceleró. Un grupo de Nomus se acercaba rápidamente. Sin pensarlo dos veces, Yoichi se preparó para el enfrentamiento. Sabía que estaba en desventaja, pero su determinación era más fuerte que cualquier miedo que pudiera tener.

Un Nomu tras otro, Yoichi los enfrentó con movimientos ágiles y certeros, abatió a todos los que se le acercaban. Cada golpe era una lucha constante entre la vida y la muerte, pero Yoichi no se dejaba intimidar por la ferocidad de sus enemigos. Con cada victoria, su confianza aumentaba.

A medida que continuaba su camino hacia la ciudad, Yoichi se encontraba con más y más Nomus. Su resistencia era impresionante, pero cada vez había más enemigos a los que enfrentar. Sin embargo, él no daba muestras de cansancio ni de debilidad. Su determinación y valentía eran su mayor fortaleza.

Horas parecían haber pasado cuando finalmente, exhausto y cubierto de sangre, Yoichi divisó a lo lejos los altos edificios de la ciudad. Había llegado. A pesar de las heridas y el cansancio acumulado, la alegría se apoderó de su rostro mientras corría hacia su destino final.

Se quedó en la casa, siendo atendido por Nana enseguida.

Nana: Muchacho... gracias al cielo no te infectaron, aunque esas heridas se ven horribles.
Yoichi: Quizás es gracias a la sangre de Izuku, gracias a él todos estamos a salvo. Además no podía evitar pensar en él, en todos.
Nana: Todos ustedes nunca se rinden... aveces me encantaría ayudarles.
Yoichi: Lo haces, con tu comida que nos da energías, con esos cuidados maternales.