Der erste Sonntag (M)

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— ¿Qué mierda es esto? —decían en cada momento Yeji y Ryujin.

— Minjeong, por acá hay una camilla —me avisó Jimin y sentí como alguien me agarro del hombro para llevarme hasta el lugar mencionado, creo.
Al parecer la camilla era de cuero ya que era cómodo pero estaba muy helado, gruñí al sentir lo frío en mi piel — Ponte boca abajo —con dificultad lo hice, ustedes intenten hacer todo lo que éstas tipas me mandan a hacer con las manos amarradas.

— Empecemos con esto —escuché a NingNing.

— Dice que primero tenemos que preguntar antes de aplicar —informó Jimin.

— Ah es verdad, me emocioné —dijo NingNing para luego escuchar un gran latigazo, tragué con miedo.

— Ryujin, deja de jugar con el látigo —la regañó Yeji.

— Bueno, lo primero que vamos a hacer es aplicarte cera de vela por diferentes partes del cuerpo —me informó Jimin — No te asustes, es una cera especial para estas situaciones, la ideas es que sea un dolor placentero.

— Voy a empezar —dijo NingNing y empecé a sentir algo caliente en mi espalda, gemí de dolor al sentirlo.

Como había dicho Jimin, no era un dolor que no pudiera soportar, ya me había quemado antes con cera sin querer y esto se sentía muy diferente, no podría relatarlo. Al principio NingNing (creo) colocó lentamente por mi columna, yo intentaba no decir nada por vergüenza y porque la nota había dicho eso. Luego de la espalda fue colocando en mis piernas, salté cuando pasó por la altura de mis rodillas y cuando fue a mis pies.

— Okay, cera aceptada —escuché a Yeji — Limpia antes de probar lo siguiente.

— No pienso limpiar, su piel se ve hermosa con la cera, parece una obra de arte —se quejó NingNing — Dejémosla un rato más.

— Si tanto insistes —susurró Jimin — Vamos con lo siguiente —sentí como las chicas reían — Esto es algo más común, seguramente cuando eras chica los haz experimentado—comenzó a explicar — Es hielo —el solo escucharlo hizo que sintiera escalofríos.

— Yo quiero este —gritó Ryujin, al parecer las chicas lo estaba disfrutando.

— Mierda —gemí al sentir el hielo an mi espalda, llegué a saltar con el tacto.

— Dijimos que sin hablar Minjeong —me retó Jimin y tragué en seco ya que escuche el látigo.

— Ya Ryujin, deja de jugar con el látigo —escuchaba como Yeji peleaba con Ryujin.

— Pero hay que castigarla por hablar —se defendió, antes me caía bien, ya no más.

— ngh —gemí al sentir el látigo en mi espalda, quemaba aunque ya no me estuviera pegando en ese lugar.

Me sintia tan indefensa, no podía hablar ni correr por mi vida, no podía quejarme, no podía hacer nada más que aguantar este dolor, semidesnuda ante extrañas. Empecé a pensar en Giselle, la comenzaba a extrañar cuando sólo me despedí ayer de ella. Extrañaba cuando me cortaba y ella gritaba hasta que encontrara una curita, ella era completamente diferente a todo esto, y me gustaba eso de Giselle.

La extraño muchísimo.

— Al parecer alguien está disfrutándolo —escuché a NingNing decir eso y sentí una vergüenza pasar por todo mi cuerpo.

Alguien agarró mi cabello tan fuerte para que me doliera y me levantará, sentí la respiración de esa persona en mis labios para luego sentir como me besaba. Yo movía mi cabeza, intentando apartarla pero esa persona la agarró con fuerza para seguir. No sabía quién me besaba, quién me estaba haciendo eso sin mí consentimiento, pero desde ahora le tengo un gran odio.

— ngh —gemí al sentir una mordida, era brusca, muy diferente a Giselle y no podía creer que me gustara — Tengo novia —grité cuando me soltó.

— Eres novia de la princesa desde que recibiste la carta —me dijo Yeji, que se escuchaba lejos así que no era ella.

— Además, no creo que la princesa se enoje por un simple beso — Ryujin también sonaba lejos. La persona me soltó y escuche como sus pasos se iban.

— Estás libre —dijo NingNing, con ayuda de Ryujin y Yeji logré volver a mi habitación.

— Perdón por los latigazos — se disculpó Ryujin con un puchero mientras me sacaba la máscara— No sé qué me pasó —dijo apenada.

— Te dejaste llevar por el momento —Yeji estaba desamarrándome — Solo trata de no ser tan brusca la próxima vez.

— ¿Por qué? Si se notaba que lo disfrutaba, acaso no viste lo mojada que estaba su v- —le tapé la boca justo cuando Yeji me desamarró las manos.

— No lo digas —le susurré.

— A diferencia de ti, Ryu, yo respetaré a la nueva princesa —la mire con una sonrisa y le susurré un gracias — No ves que después la princesa me asesina.

— Ya se pueden ir —me estiré al ya estar libre, las chicas se fueron empujandose entre sí y riendo — Dios —suspiré — ¿Por qué?

Me coloqué mi pijama de polar muy suavecito y me acosté en la gran cama, mi espalda dolia, aun sentía los latigazos en mi piel que seguramente dejaron una marca que duraría más de un día. Me di vueltas en la cama, intentando encontrar la posición perfecta para dormir, pero tenía muchas cosas en mente.

— No pensé que me excitaría tanto —suspiré y me dedique a ver el techo.

Me sentía mal que me gustara esto, esto de ser humillada y maltratada, era algo que siempre pensé que era para la gente ridícula o con algún trauma. Me sentía mal porque amo a Giselle y sentía que le estaba siendo infiel, que debía parar esto y escapara por ella, pero igualmente quería y deseaba saber más sobre este mundo que le gusta a la princesa.

Y también deseaba conocer a la princesa.

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